Japón, tradición y modernidad, kimonos y shinkansen

Mapa líneas de shinkansen

Mapa de líneas del shinkansen

El shinkansen o tren bala es el “hilo conductor” de nuestro nuevo viaje. Si en el anterior lo fue el coche aquí el protagonismo lo tiene el tren y por supuesto el tren bala japonés que en 1964 inauguró su primer recorrido, la “Tokaido Shinkansen” entre Tokio y Osaka. Este tren llega a alcanzar velocidades de hasta 320 kms/h.

shinkansen

Hecha ya nuestra primera introducción, pasamos a narrar nuestro periplo en ese peculiar país. La visita la hicimos entre el 12 y el 27 de mayo. Para la preparación del viaje tuvimos que recopilar todo tipo de información en webs, blogs, canales de YouTube y algún que otro consejillo de amigos y conocidos que ya habían estado allí.

Decidimos programar lo máximo posible, vuelos, hoteles, transporte y visitas. Para empezar, los vuelos los reservamos en Lufthansa.com, ya que utilizando algunos metabuscadores como Momondo o SkyScanner pudimos comprobar que los precios eran algo superiores y que nos salía a cuenta comprar directamente en la compañía. Nuestros vuelos eran de Barcelona a Munich y de Munich a Tokio y a la vuelta de Tokio a Zurich y de Zurich a Barcelona. El vuelo nos salió por 534€ por persona.

La reserva de los hoteles fue hecha en Booking.com, y teniendo en cuenta que íbamos con casi medio año de adelanto, no nos fue fácil encontrar alojamiento, a esas alturas ya había mucha reserva hecha, por lo que la oferta y variedad de hoteles no era muy extensa, de todas maneras aún quedaban y pudimos reservar alojamientos a nuestra medida para todas nuestras visitas.

Con dos o tres semanas de antelación hicimos la compra de las tarjetas que nos permitirían usar todos los trenes y parte del transporte público en las ciudades, el “Japan Rail Pass”. Utilizamos esta web para comprarlo https://www.japan-rail-pass.es En unos días recibimos nuestros pases previos que una vez allí, nada más llegar hay que canjear por la tarjeta definitiva, un folleto acartonado del que no nos deberemos separar en todo el viaje. 14 días nos costó 380€ por persona.

DIRECTORIO DE CIRCUITO Y VISITAS

DIA-1Llegada a Tokio y viaje a Osaka

DIA-2-Osaka

DIA-3-Hiroshima, Miyajima

DIA-4-Miyajima, Kioto

DIA-5-Kioto

DIA-6-Nara, Kioto

DIA-7-Kioto, Takayama

DIA-8-Shirakawa-go, Takayama

DIA-9-Hakone

DIA-10-Hakone, excursión Lago Ashi y partida a Tokio

DIA-11-Tokio

DIA-12-Tokio y excursión a Nikko

DIA-13-Tokio

DIA-14-Excursión a Kamakura y Tokio final

DIA-15-de Tokio a Narita, vuelta a casa

Pequeña miscelánea

DIA-1 Llegada a Tokio y viaje a Osaka

El viaje hasta Tokio, duró unas 15 horas, siendo el recorrido más largo el de Munich a Tokio -unas 12 horas- Nuestra llegada fue a las 11 de la mañana, Tokio nos recibió con lluvia y un tiempo ligeramente fresco. En el aeropuerto de Haneda inmediatamente nos dirigimos a canjear nuestros JR Pass a la oficina correspondiente en la que también obtenemos ya los billetes de Tokio a Osaka. Aquí teneis un pequeño plano de la zona donde se encuentra la oficina del JR Pass.

JR Pass office

También allí en el aeropuerto procedimos a enviar nuestras maletas de Tokio a Osaka a través de uno de los servicios que a ello se dedican y que tienen oficinas en ese aeropuerto: JAL ABC  Yamato Transport CO., LTD.

El tema de las maletas merece un comentario ya que decidimos llevar una maleta grande y otra de medida de cabina por pareja y acarrear sólo esta última, enviando por transporte la maleta grande de hotel a hotel. Esto nos obligó a distribuir y elegir la ropa y accesorios imprescindibles en cada etapa del viaje. Fue algo muy acertado que nos evitó cargar con todo el equipaje teniendo en cuenta lo mucho que llegamos a utilizar el transporte público.

De Haneda, con el monorail y aprovechando el JR Pass nos dirigimos a Hamamatsucho y allí cambiamos a la línea Yamanote en dirección a la estación central de Tokio y en esa estación tomaremos el shinkansen hasta Shin-Osaka.

Tema importante. Nos fue de muchísima utilidad tener acceso a internet de manera contínua mediante un «pocket-wifi» alquilado en Japan Wireless Se recoge en el aeropuerto al llegar o en el hotel. nos costó unos 70€ las dos semanas.

Pocket Wifi

También nos sacó de muchos apuros la web Hyperdia para saber en todo momento qué trenes y medios de transporte de JR Pass necesitábamos tomar. También disponen de una aplicación para descargar en el móvil.

Ya con nuestras flamantes tarjetas del Japan Rail Pass en la mano nos dirigimos a los andenes del tren bala japonés, sólo tuvimos que enseñar a los operarios de la estación que se encuentran en una pequeña oficina a la entrada de estos andenes. Esta operación se repite cada vez que tenemos que utilizar el JR Pass, rápida y efectiva, como todo en Japón.

Shin-Osaka es una de las estaciones principales de esa ciudad y el viaje en el shinkansen de 550 kms duró unas tres horas que se hicieron confortables y en las que pudimos echar alguna cabezadita. Una vez en Osaka, nuestro hotel se encontraba bastante cerca, no llegó a diez minutos y ya estábamos en él : Hotel Mystays Shin Osaka Conference Center

Después del check-in  y dejar nuestro equipaje en la habitación, salimos a conocer la ciudad, volvemos a Shin-Osaka y tomamos la JR Tokaido-Sanyo Line hasta Osaka Station, nos encontramos muy cerca de la zona de Umeda, allí damos algún paseo deleitándonos con el ambiente bullicioso y vamos directamente hasta el Edificio Umeda al que subimos y desde el que se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad, la entrada son unos 1000 yenes.

Era ya la hora de cenar y nos dispusimos a buscar algún lugar para ello. Despistados como íbamos en nuestra primera noche en Japón acabamos en la zona de los sótanos del mismo edificio Umeda en los que hay Un pequeño callejón lleno de restaurantes y ambientado en el Japón de comienzos del siglo XX, Takimikoji en la que encontramos un restaurante especializado en okonomiyakis Kiji Umeda Sky Bldg. que son una especie de tortas hechas con harina, pulpo, espagueti, huevo, en fin, un poco de todo hecho en una gran plancha y a la que van dando vuelta y vuelta hasta que está al punto, le llaman la “pizza japonesa” pero más por el aspecto que por el sabor ya que no tiene queso. La verdad es que estaba muy rica y el establecimiento era de lo más peculiar, pequeño, como todo allí en Japón y en el que gozamos de una atención excelente. Nos quedó un bonito recuerdo de nuestra cena allí, y no fue cara.

Vuelta al hotel que nos espera el siguiente día para recorrer y visitar todo lo que nos es posible de Osaka.

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DIA-2 Osaka

Nuestra primera visita será el Castillo de Osaka que se encuentra muy cerca de la estación Osakajokoen Station. Para ir allí hay que hacer un viaje de unos tres cuartos de hora tomando dos líneas de JR, la Tokaido-Sanyo Line y la Osaka Loop Line.

El Castillo de Osaka fue construido a finales del siglo XVI por Toyotomi Hideyoshi, el señor de la guerra que mantuvo al país bajo su yugo. Quemado y reconstruido en múltiples ocasiones, este castillo se levanta en el centro de un gran parque de 6 hectáreas, lugar que los habitantes de la ciudad eligen para pasear sobre todo en primavera, la estación de los cerezos en flor. En su interior hay un museo en el que se muestran más de 4.000 objetos históricos: documentos, monedas japonesas y extranjeras, etc. Durante la estación de los cerezos en flor, se abre al público una parte del jardín.

Nuestra próxima visita es el santuario de Sumiyoshi Taisha, hasta aqui hay 1 hora más o menos y una combinación de dos líneas de tren, la Hankaidenki-Hankai Line y la JR Loop Line, sólo entra con el JRP la Loop Line.

El santuario de Sumiyoshi-taisha es el santuario más importante de entre los aproximadamente 2300 santuarios de todo Japón. Junto con el de Shimonoseki y Hakata forman el conjunto de los «tres grandes templos de Japón». Tiene una historia de 1800 años y cada año es visitado por dos millones de personas. El altar principal del Santuario está abierto de 6 a 17 horas durante los meses de abril a septiembre, y de octubre a marzo el horario de acceso es a partir de las 6:30 de la mañana. En días festivos, año nuevo y festivales de verano el altar puede tener diferente horario, y aunque pueda estar cerrado, el recinto del santuario se puede visitar. Estuvimos por este recinto algo más de una hora deleitándonos con sus jardines, lagos y construcciones sagradas.

Acabamos la visita a Sumiyoshi y nos dirigimos hacia la estación de Kohama en la que tomaremos la Namikai Line para ir hacia la zona de Namba. Estamos en el sur de la ciudad y podemos encontrar desde tiendas, restaurantes y multitud de gente merodeando por sus calles.
America mura Osaka Japan

América-Mura, sus pinturas murales y las estatuas gigantes son la marca de este barrio, donde los jóvenes van buscando las últimas tendencias en tiendas de importación, de segunda mano y mercadillos.

Shinsaibashi, Calle comercial peatonal cubierta con tiendas de ropa, complementos y calzado, tambén algún restaurante. Bastante concurrida y animada. Llama la atención la manera de anunciar la artículos por parte del personal de las tiendas, muchas de ellas con productos baratos al estilo “chino”

Shinsekai, barrio de ocio creado en 1912, en la misma zona en la que unos años antes había tenido lugar una feria de la industria nacional. Los arquitectos que proyectaron esta zona se inspiraron en París por la parte norte y Nueva York (Coney Island) por la parte sur.
La zona entró en decadencia después de la guerra, y hasta hace unos años era conocida como un centro de grandes actividades delictivas. Hoy en día todavía tiene una mala reputación, junto con el cercano barrio rojo de Tobita Shinchi, pero en lugar de «peligrosa», esta zona de Osaka es hoy en día sólo un distrito «pobre», habitado por muchas personas sin hogar, en su mayoría ancianos y de todo el país, y más generalmente por personas de bajos ingresos, atraídos allí justo por los precios bajísimos de los alquileres de las casas. Estuvimos sólo en la entrada desde la que se veía la Tsutenkaku Tower, unas fotos y hacia la zona de Dotonbori que ya teníamos ganas de cenar.

Dotonbori, se podría decir que es el centro gastronómico de Osaka. Por las calles de este barrio los aromas de brochetas fritas y pescado a la brasa nos envuelven y nos invitan a entrar en alguno de esos locales. La luces y letreros de colores llenan el espacio y el letrero del “hombre Glico” es el rey. Hay un río en el que se puede navegar con barcazas turísticas.

Dedicamos toda la tarde a pasear por esas zonas acabando en Dotonbori y cenando, la oferta de lugares dónde comer alguna cosa es incleíble. Acabamos la visita a Osaka y vuelta al hotel.

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DIA-3  Hiroshima, Miyajima

Partimos de Osaka desde Shin-Osaka bastante pronto y llegamos a la estación de Hiroshima. Aprovecharemos la mañana para visitar la ciudad y acabar sobre mediodía o la hora de comer en la Isla de Miyajima dónde pasaremos la noche.

El tren bala sale a las 7:35 y el trayecto es de hora y media, ni qué decir que los trayectos en esos trenes son una maravilla aunque me esperaba convoys más lujosos y sofisticados, es verdad que no les falta detalle, todos los asientos tienen una mesita plegable en la puedes comer libremente lo que hayas comprado fuera o consumir lo que venden en su interior unas chicas que pasan con un carrito repleto de viandas y bebidas. Los espacios entre asientos son espaciosos y el viaje se hace bastante silencioso. Me llamó mucho la atención el olor dentro de los vagones, literalmente huelen a «cabra» es curioso pero un notable olor a «tufo» ferroviario que recuerda a esos animales se podía percibir allí dentro, no era apestoso ni mucho menos pero a mi no me resultó demasiado agradable. Tal vez este detalle le restó glamour a nuestros tan esperados viajes en el shinkansen.

Al llegar a la estación de Hiroshima nos dirigimos a la zona de consignas que se encuentran en la zona de abajo de la estación y dejamos las maletas para recogerlas una vez visitada la ciudad a mediodía, evitando así acarrearlas. Seguidamente nos dirigimos a la zona de información dónde nos dieron todo tipo de detalles de cómo y qué transporte coger para visitar la ciudad, allí mismo compramos los billetes del Sightseeing Loop bus que nos llevó a los principales puntos de interés. Todos están muy cerca y se visitan a pie.

La visita a Hiroshima es dura y emotiva. El 6 de agosto de 1945 a las 8:15h cayó la primera bomba atómica de la historia en periodo bélico, Las consecuencias fueron terribles, más de 100.000 muertos y miles de heridos y la destrucción de toda la ciudad. El día 9 caería otra bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki causando similares desgracias en destrucción y número de víctimas. Todo ello precipitó el rendimiento de Japón y el final de la Segunda Guerra Mundial.

Volviendo a nuestra visita y una vez acabado el trayecto del bus, éste nos deja al pie de la Cúpula de la Bomba Atómica o Genbaku Domu que son las ruinas del único edificio que quedó en pie cerca del hipocentro de la explosión de la bomba, la construcción se conserva tal cual quedó. Se trataba de la Sala de Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima, una construcción institucional dedicada a la promoción industrial de los productos de la zona.

Después de nuestra primera visita caminamos en dirección hacia el Parque conmemorativo de la Paz, lugar donde exactamente cayó la bomba. Ya dentro del mismo nos encontramos con El Monumento a la Paz de los Niños y que recuerda la triste historia de la niña Sadako Sasaki que contrajo leucemia a causa de las radiaciones y que se propuso hacer 1000 grullas de origami para conseguir una pronta recuperación, muriendo antes de conseguirlo. Sus compañeros de clase decidieron hacer un llamamiento para construir un monumento que sirviera para conmemorar a todos los niños que murieron a causa de la bomba atómica, esta construcción se completó el 5 de mayo de 1958 y recibe el nombre de “Torre de las mil grullas”. La grulla es una animal venerado en Japón, es símbolo de paz y salud y representa la buena fortuna y longevidad. Para los nipones es el “pájaro de la felicidad”.

Seguidamente nos dirigimos al Cenotafio Conmemorativo de la Paz, obra del arquitecto Tange Kenzo, construido en memoria de las 200.000 víctimas de la bomba atómica. Se trata de  una estructura de piedra que contiene los nombres de todas las personas que murieron a causa de la bomba, se van añadiendo nombres cuando alguien relacionado con alguno de los muertos lo solicita. Encima de esta piedra y cubriéndola hay una estructura de cemento con forma de arco que sirve para dar cobijo a las almas de las víctimas.

Cenotafio Conmemorativo de la Paz

No doy más detalles de este monumento porque os recomiendo que los leáis en la web que os dejo en el link del mismo, es necesario conocerlos y tener conciencia de lo que pasó aquella mañana en esa ciudad y reflexionar o rezar o simplemente contemplar en silencio la solemnidad de ese espacio con su sobrecogedor recuerdo.

Pasamos ya a La Llama de la Paz de Hiroshima, se trata de una llama que se encendió el 1 de agosto de 1964 y no ha dejado de arder desde entonces. Es otro homenaje más a las víctimas de Little Boy, la bomba atómica que detonó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y tiene, además, otro significado: permanecerá encendida hasta que todas las bombas nucleares de nuestro planeta hayan sido destruidas y estemos libres de la amenaza de aniquilación total nuclear.

Llama de la Paz de Hiroshima

El diseño del pedestal, obra del arquitecto Tange Kenzo, como tantas otras obras de este Parque Conmemorativo de la Paz, sugiere dos manos juntadas a la altura de la muñeca y con las palmas dobladas de forma que éstas apunten hacia el cielo. Expresa así las condolencias por las víctimas así como el deseo de la abolición de todas las armas nucleares y de una paz mundial duradera.

Todos los años, además, se hace un relevo en el que representantes de cada comunidad corren por ciudades y pueblos de la Prefectura de Hiroshima pidiendo la abolición de las armas nucleares y una mejora de las condiciones de asistencia a los supervivientes, mientras se usa la llama para encender otras llamas como símbolo de paz.

Acabamos nuestra visita en el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima que nos cuenta los acontecimientos ocurridos antes, durante y después del 6 de agosto de 1945.

Pocos museos impresionan tanto como éste, grandes fotos de la ciudad poco después de la caída de la bomba, ropas, objetos personales que no fueron destruidos, una reproducción de la bomba a tamaño natural y multitud de explicaciones y gráficos sobre el fatal acontecimiento hizo que al final del recorrido acabara con lágrimas en los ojos, realmente sobrecogedor.

El ticket se compra allí mismo y nos costó 200 yenes. El museo se encontraba en obras desde septiembre de 2014 y el ala este del museo estaba cerrada al público, por lo que el número de exposiciones se veía reducido y por este motivo sólo pudimos ver una muestra reducida del total de la exposición pero que fue suficiente para ilustrarnos.

Nuestra visita a Hiroshima acabó aquí, cogimos el bus nuevamente y pusimos rumbo a la estación donde tomamos el tren, la línea JR Sanyo hacia Miyajimaguchi, en 25 minutos estamos en el puerto del que salen los ferries hasta la isla de Miyajima. El trayecto es corto, 10 minutos y cada 15 minutos sale un barco.

Miyajima es considerada por los japonenses una isla sagrada y es Patrimonio de la Humanidad.

A medida que íbamos acercándonos con el barco podíamos comprobar la frondosidad de sus bosques que llegaban a la misma orilla y la peculiar orografía de sus montañas, la más alta de todas el Monte Misen con 535 metros de altura. También llama mucho la atención la vista del imponente torii frente al Santuario de Itsukushima. Los toriis o puertas se encuentran siempre en las entradas de los santurarios sintoistas y marcan la frontera entre el espacio profano y el sagrado.

Una vez en el puerto de la isla, desembarcamos y en pocos minutos estamos en nuestro hotel. Se trata de un ryokan u hotel tradicional japonés, los hay de todo nivel, desde sencillos y modestos sin grandes lujos hasta los más sofisticados y de categoría. El nuestro era modesto pero suficiente para poder comprobar todos los detalles más tradicionales de la cultura japonesa en cuanto a alojamiento y hospitalidad se refiere. Básicamente se trata de un hotel con habitaciones tradicionales con tatami en el piso, mobiliario minimalista a ras de suelo y futones para dormir.

Nada más entrar en la habitación ya encontramos unas zapatillas y curiosamente otras en el lavabo de uso exclusivo para este espacio que por cierto no tiene ni ducha ni bañera. El aseo integral se realiza en los baños comunitarios que hay en el hotel llamados sento y que también dan servicio al público de la calle. Hay una zona para hombres y otra para mujeres de mismas dimensiones y características. El ritual es llevar lo necesario e imprescindible, desnudarse y lavarse bien en la primera zona  en la que encontraremos una ducha, jabon, champú y acondicionador, un taburete y una palangana. Seguidamente pasamos a la zona contigua en la que tenemos unas bañeras o piscinas, eso depende en las que hay agua caliente, allí una vez bien limpios nos relajamos y disfrutamos del baño. Cuando por la tarde fuimos nosotros, estábamos solos, no había ningún otro cliente en ese momento, los hombres pon un lado y las mujeres por el otro.

Ya estamos instalados en nuestro ryokan y se hace la hora de comer, salimos a buscar algún establecimiento que nos proporcione algún producto típico y que sacie nuestro apetito.

No fue muy difícil, nada más salir y caminar unos minutos estuvimos en una calle repleta de establecimientos dedicados a la restauración y recuerdos del lugar, prácticamente es la única que hay. Decidimos entrar en un restaurante especializado en la cocina de las ostras que es el producto genuino por excelencia de la zona, el mar que rodea la isla está lleno de criaderos. Fuimos atendidos con mucha atención, el dueño del lugar no paraba de enseñarnos fotos con el móvil de personajes famosos que habían estado en su restaurante, fue divertido y la comida muy buena, especialmente las ostras rebozadas.

Con el estómago lleno nos decidimos a seguir nuestra visita que será acompañada en muchos momentos por ciervos que están por doquier. El ciervo es un animal sagrado en Japón pero en Miyajima concretamente son animales salvajes que bajan hasta la línea de la costa y se mezclan con los turistas. Hay que tener un poco de cuidado ya que tienen tendencia a olisquear las mochilas y pertenencias de los turistas y si huelen comida las muerden y a veces es complicado quitártelos de encima. De hecho hay múltiples carteles por la isla advirtiendo del tema. De todas maneras resulta interesante andar entre esos animales que idealizamos como simpáticos y curiosos.

Salimos de la calle comercial y enseguida atravesamos un torii o puerta sagrada que da paso a un santuario sintoista, concretamente el de Itsukushima uno de los más bonitos y mejor conservados del país. Por el camino y hasta que no llegamos al templo nos deleitamos con la bonita vista del mar, en ese momento de marea en alza y las bellas montañas que llegan hasta casi la línea de la costa, y cómo no, la presencia de los ciervos a nuestro alrededor.

El final del recorrido nos deleita con un bonito panorama, a nuestra derecha el gran torii situado en el mar y a nuestra izquierda el imponente santuario de Itsukushima que también se encuentra encima del mar, si bien dependiendo de la acción de las mareas puede estar con agua o sin ella, detalle que lo embellece aún más.

Miyajima

La isla de hecho se llama oficialmente “Itsukushima” pero se la conoce como Miyajima o “Isla del santuario”.

Regresamos al hotel y aprovecharemos la tarde para darnos un relajante baño en el sento de nuestro ryokan, cenar y hacer unas risas en la habitación ataviados con nuestros bonitos kimonos suministrados por el establecimiento para después salir con esta indumentaria, ir hasta las proximidades del santuario de Itsukushima y contemplarlo bellamente iluminado y calzado por el agua del Mar de Seto.

Miyajima

Miyajima

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DIA-4  Miyajima, Kioto

El día de hoy lo dedicaremos a visitar la isla al completo, o lo que podamos. Hacemos nuestro desayuno fuera del hotel ya que no lo tenemos incluido y luego nos dirigimos hacia Momijidani Park para tomar el bus que en tres minutos nos llevará a la estación del teleférico que nos dejará cerca de la cima del Monte Misen, mística montaña rodeada de frondosos bosques y magníficas vistas sobre el Mar de Seto. El bus y el teleférico están incluidos en un mismo ticket, 1000 yenes ida y 1800 ida y vuelta.

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El teleférico no llega hasta la cima, hay un tramo que se tiene que hacer a pie. Una vez comprados los tickets cogemos el bus que tiene la parada al lado mismo del establecimiento donde se venden, el viaje es corto, me resultó curioso compartirlo con otros turistas en un microbús increíblemente aprovechado, ya que en su pasillo central desplegaron una hilera de asientos que lo ocupaban por completo, increíble cómo en Japón sacan partido del poco espacio que tienen y la eficiencia del transporte público.

Llegamos al final del trayecto y nos dirigimos a la zona de los miradores que nos regalan con un impresionante panorama, el día no es soleado pero lo suficientemente claro para hacer fotos decentes. Hiroshima está cerca y se ve al otro lado de la costa, también vislumbramos las numerosas plataformas de criaderos de ostras típicas de la zona. Lástima que no dispusiéramos de demasiado tiempo ya que lo mas recomendable allí era hacer treeking por aquellos bosques y de tanto en tanto deleitarse con las vistas. No obstante, bajamos a pie por uno de los caminos y en el último tramo encontramos el bus que nos trajo y que nos llevó hasta Momijidani Park, gratificante paseo, sin duda.

Miyajima

Se nos ha hecho mediodía y nos encontramos ya en los alrededores del santuario de Itsukushima al que accedemos ejecutando el pertinente ritual de purificación en sus fuentes de la entrada.

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El santuario de Itsukushima fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 1996, la construcción actual se remonta al siglo XII y consta de un grupo de edificios de madera armónicamente dispuestos sobre el agua. El conjunto con sus formas geométricas y su peculiar color rojo-anaranjado en combinación con el azul de mar, el verde de los bosques y el gran torii al frente ofrece una vista incomparable.

Miyajima

La visita al santuario se vio enriquecida con la celebración de una boda sintoista con todo su esplendor y ritualidad.

Acabada la visita al santuario salimos por los alrededores en los que hay algunas tiendas de souvenirs e iremos a nuestro hotel a buscar las maletas para partir de esta bonita isla. Volveremos a tomar el ferry hasta Hiroshima, nos dirigiremos a la estación de tren y tomaremos el shinkansen Sakura hasta Shin-Osaka, sobre las 15:20 horas y allí cogeremos shinkansen Kodama que nos llevará hasta Kioto donde pasaremos nuestros próximos días, todo ello nos llevará unas dos horas y diez minutos y recorreremos 380 kilómetros, llegaremos a las 17:10 horas.

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Kyoto, saludo ritual al tren bala del operario de estación

Aprovecharemos para comer en el tren. Todos los asientos del shinkansen tienen la bandeja plegable para poder comer cómodamente lo que previamente habíamos comprado en un 7 Eleven de la estación

La estación de Kioto es enorme, un auténtico alarde de metal y vidrio, grandes espacios en anchura y altura con un toque de modernidad soberbio. Se construyó en 1997 y alberga centros comerciales, cines, hotel y varias instalaciones del Gobierno Municipal de Kioto. Nada más salir de la estación pudimos contemplar la gran explanada en la que se encontraban las paradas de buses y taxis y la imponente figura de la torre de comunicaciones al frente. Poco más de diez minutos nos llevó el llegar a nuestro hotel, el Apa Villa Hotel Kyoto  Ekimae hotel al que no le faltaba detalle pero de escasos espacios como venía siendo hasta ahora en los establecimientos de las grandes ciudades.

Una vez hecho el check-in recogemos las maletas grandes que habíamos enviado por transportista y ya arregladitos nos disponemos a hacer nuestra primera visita a la ciudad, nos dirigiremos a la zona de Pontocho y Gion, para ello cogimos el metro, buscamos la estación más próxima al hotel.

Llegaremos a la orilla del Río Kamo que a un lado tiene Gion y al otro Pontocho. Este último barrio, Pontocho está formado por una única calle estrecha y peatonal, que corre paralela al río Kamo y es emblemático por la arquitectura tradicional de las casas de geishas, casas de té, tiendas tradicionales y restaurantes de alta cocina que allí se aglutinan. Dimos un paseo y nos alejamos una o dos calles del río encontrando diversidad de lugrares dónde comer alguna cosa, al final acabamos entrando en un restaurante tradicional, subimos unas escaleras y nos encontramos con pequeñas habitaciones con el suelo «hundido» en las que tuvimos que entrar descalzos dejando previamente nuestro calzado en unas taquillas, fue una cena divertida.

Mañana tenemos todo el día para visitar Kioto, será un día de templos y santuarios de los que la ciudad está llena, regresamos a nuestro hotel .

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DIA-5 Kioto

Heian-kyo, capital de la paz y de la tranquilidad es la actual ciudad de Kioto (en español literalmente «ciudad capital»), ubicada en el suroeste de la isla de Honshu, fue fundada al final del siglo VIII (año 794 por orden del emperador Kanmu) y fue una de la más amplias capitales del mundo en comparación con la magnificencia de las ciudades europeas en el mismo período. La ciudad fue construida para el emperador Kanmu que decidió la construcción de la nueva capital, abandonando lo que es hoy la actual Nara. Fue capital imperial en un país esencialmente rural y centro de la cultura japonesa por miles de años, hasta 1868 cuando, en época Meiji (1868-1912), la capital se trasladó a la actual Tokio (literalmente «capital del Este»). Kioto fue fundada en un contexto natural muy agradable, plano y con muchos ríos. La cuenca, en todo su perímetro, estaba protegida por las montañas y principalmente a lo largo del río Kamo comenzó el primer núcleo de la ciudad.

Nuestra primera visita hoy será el bosque de bambú de Arashiyama y después, muy cerca de allí el templo zen de Tenryu-ji. Para ello vamos a la estación de autobuses y en las oficinas de venta de tickets compramos un bono de un día “City Bus All-day Pass” por 600 yenes. Kioto sólo dispone de dos líneas de metro, por tanto no es el medio de transporte más conveniente para visitar sus atracciones, el autobús es lo más práctico.

Después de un ameno recorrido en bus por una parte de la ciudad nos plantamos en las cercanías del bosque de bambú de Arashiyama, nos deleitamos dando un paseo por el entramado de esbeltos e intensamente verdes troncos de bambú, relajante circuito en el que nos encontramos parejas de novios haciéndose reportaje de bodas y carruajes de dos ruedas –rickshaw- de tracción humana que pasean a turistas. Se dice que el relajante murmullo de suaves crujidos y roces de hojas que la suave brisa origina en este bosque es uno de los 100 sonidos a preservar en Japón, así lo afirma el Gobierno japonés.

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Salimos de Arashiyama y nos dirigimos hacia el templo zen de Tenryu-ji, que significa Templo del Dragón Celestial y que es el templo principal de la rama Tenryû-ji de la secta Rinzai del Budismo. La zona que se puede visitar está formada por dos áreas claramente diferenciadas que son los jardines y los edificios, de las cuales la más interesante es, con creces, el jardín, pero teniendo en cuenta que visitar los edificios tan sólo incrementa el precio de la visita en 100 yenes, claramente valió la pena pagarlos. No sólo por poder ver el interior de los edificios de cerca (desde los jardines se podían ver pero desde lejos y desde una altura poco adecuada), sino también porque así se podía tener una nueva perspectiva de algunos elementos del jardín, y al estar menos concurridos, de forma más tranquila y reposada.

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Tenryu-ji

Este templo es uno de los que más me gustó de Japón. Itsukushima, en Miyajima es impresionante pero este tiene algo añadido que ejerce más atracción, tal vez por aquello de que es zen, no lo sé, pero todo en él es armonía, proporción y equilibrio, la perfección y meticulosidad está en todos sus detalles, jardines, construcciones de madera, salones interiores, un gozo para los sentidos.

Nuestra siguiente visita es el Pabellón Dorado o Kinkaku-ji. Nos dirigimos a la parada más próxima de bus y cogemos la línea que en unos 50 minutos nos dejará en el Pabellón y para esto aparte de intentar interpretar los carteles informativos de las paradas de bus también nos fue imprescindible la cuntínua consulta en la web de Hyperdia o el mismo Google Maps que nos daba toda la información de líneas de buses y paradas.

El templo zen Kinkaku-ji es el más peculiar de Kioto, el exterior de sus paredes cubiertas de pan de oro lo hace único. Es Patrimonio de Humanidad de la Unesco desde 1994 y en su interior se guardan las reliquias de Buda. Está rodeado de un impresionante estanque, el Espejo del Agua en el que se refleja la figura del templo rodeado de pinos al estilo japonés y de fondo las montañas, un espectáculo para la vista. Está abierto de 9 a 17 horas y la entrada cuesta unos 400 yenes.

Se nos ha hecho la hora de comer, salimos de Kinkaku-ji y hacemos una prospección por los alrededores encontrando el típico 7-Eleven en el que nos surtimos de los víveres pertinentes. Como siempre, allí encontramos una extensa variedad de viandas, comida preparada, sándwiches, ensaladas y postres. No fue difícil en todo nuestro viaje hallar comida para salir del paso. Los japoneses están acostumbrados a desplazarse sobre todo por motivos laborales y muchas comidas las hacen en esos momentos.

Nuestra próxima visita será el Templo de Kiyomizudera al que llegaremos en bus en unos 50 minutos. Es budista y su nombre es “Templo del Agua Pura”, consta de un conjunto de templos y recintos religiosos y está situado en las colinas al este de Kioto, su construcción data del 778.

Los alrededores de Kiyomizudera se hacen muy amenos, están llenos de comercios de souvenirs y productos típicos, sobre todo una de las calles que hace un poco de subida y va a dar directamente al templo.

La visita estuvo un poco “mutilada” que el techo del templo se encontraba en restauración y no dejaban acceder al mirador desde el que se puede contemplar una vista panorámica de Kyoto, de todas maneras, valió la pena.

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Son las seis y media de la tarde y decidimos bajar hacia la zona de Gion y Pontocho. El camino se hace agradable, tiendas típicas y cuando ya vamos acercándonos a Gion vamos observando las tradicionales construcciones de madera con sus persianas vegetales y farolillos, una delicia de paseo pero de geishas, ni una, lástima!

Ya en la zona de Gion encontraremos una típica taberna o izakaya, Teppanyaki  Manryu de pequeño tamaño -sólo dos mesas y una barra- donde pudimos degustar okonomiyakis y otras especialidades típicas de estos establecimientos. Detalle curioso y divertido el que nos hicieron una foto con una Polaroid y la colgaron en un mapamundi junto con las de otros clientes del resto del mundo. buena cena, buen trato y divertido momento.

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Finalizamos con nuestra vuelta al hotel. El siguiente día es nuestra última jornada completa en Kioto, visitaremos Nara y otras atracciones imprescindibles de Kioto.

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DIA-6 Nara, Kioto

Empezaremos el día con una excursión a Nara, visitaremos su parque y templos y volveremos a Kioto para visitar el santuario sintoísta de Fushimi Inari.

De Kioto a Nara tenemos una hora de viaje en el JR Nara Line Service. Nara se encuentra a 42 km al sur de Kyoto, es una antigua capital de Japón y fue también cuna del arte, la literatura y la cultura japonesa, cuenta con ocho monumentos Patrimonio de la Humanidad.

de Kioto a Nara

Compañeros de viaje de Kioto a Nara

Los principales lugares de atracción turísticos se encuentran alrededor de la estación de tren de Nara. El parque de Nara es más conocido como «El Parque de los Ciervos», ya que las ciervas y los ciervos mansos pasean libremente.

Nada más llegar a la estación de Nara compramos un ONE DAY PASS TICKET para el bus que nos cuesta unos 500 yenes y tomamos un bus que nos llevará hasta la zona del parque y los templos.

En el extremo norte del parque de Nara se encuentran los edificios del complejo del templo Todaiji. Nada más llegar nos encontramos con la puerta Nandaimon, un gran portón de madera de 20 metros cobijado a ambos lados como suele ser habitual en este tipo de puertas, por los guardianes Nio, dos estatuas que junto con la puerta que data de 1199, son tesoros nacionales.

Kyoto

Nos encontramos ya delante del edificio principal, el Salón del Gran Buda, es el edificio de madera más grande del mundo. Y eso a pesar de que lo que lo que veíamos era una reconstrucción un 33% más pequeña que el edificio original, pero a pesar de todo, un edifico imponente. En su interior nos encontramos con la estatua de bronce del Gran Buda de Nara -Daibutsu- un Buda sentado de 15 metros de alto y 500 toneladas de peso. Uno de los lugares que más atractivo tiene para los turistas es el pilar con un agujero del tamaño del orificio de la nariz del Gran Buda. Los turistas, grandes y pequeños, hacen cola para intentar pasar por el agujero porque se cree que si puedes pasar por él, conseguirás la iluminación en la próxima vida.

Todaiji se construyó en el año 752 como templo principal de todos los templos rurales o de provincias de Japón y en poco tiempo, ganó muchísima importancia, poder e influencia en la zona. De esta manera se entiende que fuera tan impresionante en sus orígenes y que lo siga siendo ahora a pesar de que la construcción actual sea algo más reducida.

Tras visitar El edificio principal nos dirigimos hasta la «Nara Taro» o Gran Campana de de Todaiji, y desde luego que es enorme y espectacular, vale la pena contemplarla.

Campana Todaiji Campana Todaiji

Seguimos nuestro paseo y llegamos a Tamukeyama Hachiman-gu un santuario sintoista dedicado al Kami o deidad Hachiman, la deidad tutelar de los guerreros. Para acceder al mismo, tuvimos que subir unas cuantas escaleras ya que este edificio se encuentra en la parte alta de un pequeño montículo desde el que se divisa una bonita panorámica de la ciudad. Como en todos los santuarios sintoistas, se repite el ritual, pasar debajo del torii y purificarnos con el agua en la entrada.

Niños en Tamukeyama

Fue constante el encontrarnos con la presencia de escolares especialmente ese día que nos miraban con curiosidad y que accedieron gustosamente a hacerse una divertida foto con nosotros.

Proseguimos y nos encontramos con el Santuario de Kasuga Taisha famoso por las 2000 lámparas de piedra que hay por el camino de subida y también por las 1000 bonitas lámparas de bronce que hallamos más arriba. Todas estas lámparas normalmente están apagadas, pero durante el Mantōrō o «Festival de las lámparas iluminadas» se encienden y su luz crea imágenes bellísimas a medida que el sol se va poniendo, aunque como no podría ser de otra forma, dado que hablamos de ocasiones muy especiales (un día en febrero y dos días en agosto), la cantidad de público que asiste es inmensa, por lo que se pierde un poco ese recogimiento y sensación de paz que transmite normalmente este santuario.

Aprovechando el bonito y soleado día que tenemos, continuamos nuestra visita por el parque y no podía faltar la presencia de los ciervos que como en Miyajima también aquí andan sueltos a su antojo buscando que algún turista les dé alguna de las galletas que venden para atraelos y alimentarlos

Salimos ya del parque de Nara y visitaremos por último la bonita pagoda de cinco pisos del templo budista de Kofukuji.

Buscamos una estación de tren JR que no se encuentra muy lejos y que nos llevará a Inari en el sur de Kioto en una media hora. Allí comeremos algo en los puestos de comida callejera y visitaremos esa joya de santuario sintoista, el Fushimi Inari Taisha decicado al dios Inari, deidad con más santuarios en Japón.

Inari es el Dios del arroz y patrón de los comerciantes ya que en la antigüedad se asociaba tener una buena cosecha de arroz con tener prosperidad en los negocios. Y esto explica una de las características del santuario que más llaman la atención: los miles de torii que encontramos uno detrás de otro, por sus 4 kilómetros de caminos, que casi parecen formar un pasadizo techado y que han sido donados por comerciantes que ponen sus nombres o los de sus negocios en los torii para que el dios Inari les sea propicio. Fue una visita gratificante y llena de colorido amenizada por una agradable caminata que nos regaló excelentes vistas vespertinas. nos llevó unas dos horas la visita completa hasta la cima.

Fushimi InariSon ya casi las siete de la tarde y volvemos a nuestro hotel, tomaremos el tren con la linea JR hasta la estación central de Kioto, hoy cenaremos en el hotel con algunos víveres que habremos comprado.

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DIA-7 Kioto, Takayama

Hoy abandonaremos Kioto a mediodía, no sin antes haber visitado algunos lugares de interés e imprescindibles. Nos dirigimos de buena mañana a la estación de Kioto y tomamos un bus hacia Ginkaku-ji o el Pabellón de Plata, tardaremos unos tres cuartos de hora en llegar.

Este templo fue construido en 1482 como lugar de retiro y descanso del shogún Ashikaga Yoshimasa y se hizo un poco en imitación al Kinkaku-ji o Pabellón de Plata. Aquél estaba recubierto de oro, y en el caso de Ginkaku-ji se quería recubrir todo de plata, por eso el nombre se traduce como Templo del Pabellón de Plata. Sin embargo, nunca llegó a recubrirse de este metal. El shogún se convirtió en monje budista zen y a su muerte, Ginkaku-ji se convirtió en templo budista. Los jardines son de estilo zen, combinan la más exquisita jardinería pajonesa, meticulosa y sumamente cuidada y también la arena con la que forman figuras y entornos como el mar o montañas.

El pabellón en si no es excesivamente vistoso, es una pequeña y bella construcción de madera a la que no dejan acceder y que sólo se puede ver desde fuera pero lo que es más interesante es el entorno de caminos y jardines.

Al salir del Pabellón de Plata nos dirigimos hacia el Paseo del Filósofo o de la Filosofía. Tiene ese nombre por un filósofo que en el siglo XX caminaba por allí ensimismado en sus pensamientos. Se trata de un camino con grandes adoquines y tierra que discurre paralelo a un riachuelo y a casitas de una o dos plantas. No se tarda más de un cuarto de hora o veinte minutos en hacerlo. Se hace sumamente agradable recorrer ese camino cubierto de cerezos que en la época de floración dan una añadido estético digno de contemplar.

Siguiendo hacia el sur pasamos junto al recinto cerrado del Eikan-do, un gran complejo budista zen con siglos de historia y múltiples reconstrucciones (como todo en Japón). Nosotros obviamos esta visita y seguimos hacia el sur hasta llegar a Nanzen-ji, lo primero que destaca es la puerta de entrada Sanmon (Siglo XVII) que es enorme.  Alrededor del templo habían algunos edificios más que se podían visitar y los restos de un acueducto de ladrillo por donde discurría el canal del paseo de la filosofía.

Acabamos la visita y nos dirigimos a la parada del bus de Horikawaioke y de ahí a Shijokawaramachi, dónde pretendemos visitar el mercado de Nishiki pero que se quedó en una cortísima visita ya que el tiempo apremiaba y teníamos que volver al hotel para recoger nuestras maletas pequeñas y las grandes enviarlas por transportista a Tokio, en el mismo hotel gestionaron el envío.

Nos dirigimos a la estación de Kioto, eran más de la una del mediodía y fuimos a buscar comida que tuvimos que consumir en el tren ya que no nos fue posible hacerlo en la estación, cosa curiosa ya que en los sótanos de ésta había una extensa zona de tiendas de comida preparada de todo tipo pero todo era para llevar. Nuestro tren salía poco antes de les 3 de la tarde.

Esa noche y la siguiente dormimos en Takayama y el viaje de Kioto a Takayama duró 190 minutos que hicimos en un tren bala hasta Nagoya y allí tomamos el LTD Express hasta Takayama.

Nos dirigíamos a los “Alpes Japonenes”, esa noche probaríamos la carne de Hida y al día siguiente visitaríamos Shirakawa-go, una curiosa aldea con unas construcciones muy peculiares.

El viaje fue ameno, el paisaje nos iba mostrando cada vez con más intensidad el cariz montañoso de la zona. En Takayama nos esperaba nuestro alojamiento, el hotel  Country Hotel Takayama un establecimiento modesto pero digno.

Esa noche teníamos la intención de cenar la famosa carne de Hida, encontramos un restaurante de los muchos que allí ofrecen ese manjar.

La carne Hida-gyu (buey o vaca de Hida, en japonés) es como una mantequilla rosa de aspecto marmoleado que se deshace en la boca. Su suave textura y sabor la hace agradable para comerla cruda (en carpaccio o sushi) y deja un regusto similar al del jamón ibérico. Y como ocurre con la carne de cerdo, se aprovecha todo. La parte grasa tiene ácido oléico, como el aceite de oliva. Es tierna y delicada, funde a 25 grados, y los modos habituales de cocinarla son a la plancha en filetes o tiras (yakiniku) o levemente hervida (shabu-shabu y sukiyaki).

La crianza de la res de Hida, ternera de pelo negro, dura al menos 14 meses. El ganado se cría, comiendo pasto y maíz, en los campos de la verde y montañosa prefectura de Gifu, ubicada en el centro de Japón y conocida como “la provincia del agua pura”. Esta carne aún por descubrir rivaliza en calidad y sabor con las ya conocidas de Kobe o Matsuzaka y, como estas vacas, las Hida-gyu reciben un mimo constante: se las masajea, les ponen música para que no se estresen…

Después de esa cena de gourmet, dimos un paseíto y volvimos al hotel, el día siguiente será casi completo en Shirakawa-go.

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DIA-8 Shirakawa-go, Takayama

Hoy disfrutaremos del Japón más atractivo e impactante en cuanto a paisaje se refiere. Después de desayunar cogeremos el autobús y en una hora y cuarto llegaremos a Shirakawa-go, una aldea tradicional, Patrimonio de la Humanidad, famosa por sus curiosas casas con sus altos, inclinados y gruesos tejados de paja.

Es recomendable pasarse con antelación por las oficinas de la estación del bus que se encuentra al lado de la estación de tren y reservar los billetes, nosotros lo hicimos la misma tarde que llegamos y ya estaba casi lleno para el día siguiente. Nuestro bus salió a las 8:47 de la mañana y llegamos sobre las 10. El día era soleado y aunque estábamos en alta montaña, en las horas centrales del día pudimos ir en manga corta sin problemas. Nada más llegar ya nos percatacamos de lo imponentes que eran aquellas construcciones rurales pero al mismo tiempo sólidas y majestuosas, las llaman gassho-zukuri, haciendo referencia a dos manos haciendo oración que es a lo que se parecen los tejados.

Shirakawa-go es una aldea de alta montaña en la que aún hoy podemos encontrar plantaciones de arroz al pie de las típicas casas, aunque lo atractivo del lugar hace que muchas de estas casas estén dedicadas a la exhibición del patrimonio o los servicios de cariz turístico necesarios para los muchos turistas que visitan el lugar.

Shirakawago

La mañana se nos pasó visitando una de las casas museo, subiendo a un cercano montículo desde el que se divisa una imponente panorámica de la aldea y para acabar bajamos y callejeamos hasta entrar en un restaurante en el que degustamos la comida local. Pasadas las tres de la tarde fuimos a la estación del autobús y allí tomamos nuestro transporte de vuelta a Takayama.

Llegamos a Takayama a media tarde, es una ciudad pequeña y fácil de recorrer a pie, vale la pena recorrer sus calles y deleitarse contemplando los comercios, el deambular de la gente y las proximidades del río Miyagawa.

Sanmachi es el barrio más bonito de la ciudad, evoca el pasado tradicional con sus casas de madera, cuidadas y la casi todas ellas convertidas en tiendas de todo tipo para atraer al turista. El sake se encuentra por toda la ciudad ya que aquí se elaboran de diversos tipos, los barriles están por doquier.

Acabamos la tarde visitando el templo de Sakurayama Hachimangu y con esto habremos acabado nuestras visitas en esta ciudad. Compramos víveres para la cena que consumiremos en nuestro hotel.

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DIA-9 Hakone

Hoy nos levantamos temprano ya que tenemos 455 kilómetros por delante hasta llegar a Odawara y que haremos en algo más de 5 horas. Iniciamos nuestro viaje, tomamos un primer tren, el LTD. EXP HIDA 4 y paramos en Nagoya para tomar el Shinkansen Hikari 516 que nos llevará hasta Odawara, entrando todo este recorrido con el JR Pass. Una vez en Odawara nos dirigimos a las oficinas de ODAKYU SIGHTSEEING SERVICE CENTER de la misma estación y compramos el Hakone Free Pass que ronda los 42€ y que nos permitirá durante dos días tomar todo tipo de transportes en la zona de Hakone, incluidos teleféricos y trenes cremallera y también el tren, Hakone Tozan Railway que nos llevará a la estación de Yumoto.

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LLegamos a Hakone-Yumoto en un cuarto de hora que lo hacemos en el Hakone Tozan Railway. La estación es elevada y desde ella se contempla una bonita panorámica de pueblo típico de montaña. Bajamos y allí mismo encontramos la parada de los autobuses, al lado se encuentra una oficina de turismo en la que se puede recabar información.

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En la oficina de información nos dijeron que allí mismo en la parada de bus encontraríamos los que iban hacia los hoteles. Se paga en el mismo autobús al entrar y va repartiendo por los diversos hoteles. El viaje fue corto.

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Hakone

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Hakone Tozan Railway

Fue curioso ya que nuestro hotel era el Hakonenomori Okada o También llamado Pension Okada. Nosotros le dijimos al conductor que nos alojábamos en el Hotel Okada y nos dejó en un Hotel de aspecto imponente, se trataba de un cuatro estrellas superior. Nos dirigimos a recepción ha hacer el Check-in y para nuestro asombro tardaban más de la cuenta en formalizarlo y la razón era que evidentemente no estaba allí registrada nuestra reserva. Inmediatamente nos alojaron en un vehículo que en pocos minutos nos dejó más arriba en nuestro alojamiento correcto, la Pensión Okada, un hotelito tipo ryokan bastante digno.

El entorno del hotel era de plena montaña, se respiraba naturaleza por doquier, la vegetación y el verdor eran exhuberantes. Esta zona de Hakone es especialmente famosa por sus aguas termales y después de ubicarnos en el hotel, nos pusimos los kimonos y fuimos a los onsen que estaban justo enfrente del hotel y que éste incluía en su tarifa.

La experiencia en los baños japoneses es divertida y relajante, los hay de tres tipos: sento, onsen y ofuro. En los sento el agua es corriente y se calienta como mínimo a 25 grados. Los onsen equivaldrían a lo que aquí conocemos por balnearios y se abastecen de aguas termales. El ofuro es un baño doméstico tradicional, se realiza en una especie de gran bañera redonda de madera con agua caliente en la que se bañan todos los miembros de la casa, entrando primero el más viejo y el útimo el más jóven y primero los hombres y luego las mujeres. No es hoy día habitual encontrar ofuros en las ciudades o zonas urbanas pero si en el medio rural y más tradicional.

Seguimos con nuestra visita al los onsen. Nada más entrar encontramos una serie de salas habilitadas para tener unos momentos de absoluto relax; tatami, futones, sillones reclinables, incienso e iluminación suave rodeado todo ello de un absoluto silencio. Seguidamente accedimos a la zona de baños donde nos separamos los hombres y las mujeres ya que aquí se duplican los espacios uno para cada género. Dejamos nuestras pertenencias en las taquillas y pasamos a las duchas típicas de los onsen donde te sientas, te vas echando agua y lavándote con un metódico ritual. Seguidamente pasamos a la zona de aguas termales donde disfrutamos de unos relajantes baños en aquellas calientes aguas.

Baños, hombres y mujeres

Nos volvimos a enfundar nuestros kimonos y salimos al exterior donde nos hicimos unas cuantas fotos.

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Es hora de cenar y nos dirigimos al comedor donde nos esperaba una cena japonesa tradicional del lugar. Fuimos agasajados con viandas variadas -sashimi, encurtidos, sopa de miso, tofu, tempura, arroz- todo ello en múltiples recipientes. Más que la cantidad era la aparatosidad y cantidad de platitos, cuencos y bandejitas que eran todo un espectáculo. acabamos haciendo un recorrido por el establecimiento mientras nos comíamos algún helado para dirigirnos a nuestras habitaciones a descansar.

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DIA-10 Hakone, excursión Lago Ashi y partida a Tokio

La excursión del día de hoy nos ocupará toda la mañana. Visitaremos el valle volcánico de Owakudani desde el que divisaremos el Monte Fuji y llegaremos hasta el Lago Ashi donde tomaremos un barco turístico para contemplar los bellos parajes que lo rodean. Recordemos que todos los transportes están cubiertos por el “Hakone Free Pass”

Mapa Área de Hakone

Nos levantamos temprano y tras tomar el tradicional desayuno del ryokan, maletas en mano vamos a la estación de Hakone-Yumoto, las dejamos en las taquillas para recogerlas a la vuelta y tomamos el tren Hakone Tozan hasta Gora, serán unos 35 minutos en el tren de montaña más antiguo de Japón que nos llevará a través de estrechos pasajes, túneles y puentes parando en pequeñas estaciones y cambiando de dirección en tres ocasiones.

En Gora tomamos El Tozan Cablecar, salen cada 20 minutos y en 10 minutos llegamos a Sounzan, allí tomamos el teleférico que nos dejará en Owakudani, un valle volcánico con ventilación activa de azufre y aguas termales. La vistas sobre estos respiraderos de azufre son impresionantes.

En Owakudani lo interesante es contemplar la actividad de los respiraderos de azufre y si tenemos la suerte de tener el día claro, el Monte Fuji, nosotros la tuvimos. También son típicos los huevos negros que en este lugar se cuecen en las aguas sulfurosas y que se tornan negros. Dice la leyenda que consumirlos alarga la vida. Se pueden comprar en el centro de visitantes que además dispone de otros muchos productos.

Existe un camino que se alarga un kilómetro arriba y que lleva dónde se cocinan los huevos negros. Nosotros íbamos un poco justos de tiempo y no lo hicimos.

Volvemos al teleférico y hacemos la última etapa que nos deja en Togendai-ko, allí encontramos el embarcadero en el que cogeremos el barco turístico que nos dará un paseo de unos 30 minutos por el Lago Ashi hasta llegar a la terminal de Hakonemachi-ko, el viaje fue placentero, el día era despejado y pudimos divisar las riberas hasta las que llegaba la espesa vegetación de frondosas arboledas apareciendo de vez en cuando  algún torii que anunciaba algún templo sintoísta.

Hay hambre, nos dirigimos hacia Hakone-Checkpoint, según salimos del embarcadero a mano izquierda haciendo un corto paseo y nos encontramos con un 7-Eleven, nos surtimos de víveres y los tomamos a la misma orilla del lago tranquilamente sentados y observando el paisaje.

Iniciamos nuestro camino de vuelta. Nos dirigimos hacia Moto-Hakone desde donde sale el autobús que nos llevará a la estación de Hakone-Yumoto, tenemos que tomar las líneas H o K, salen cada 15 o 20 minutos y tardan 35 minutos.

Una vez en Yumoto, recogemos las maletas de las consignas y tomamos El Hakone Tozan Railway que aún nos lo cubrirá el Hakone Free Pass hasta Odawara y desde aquí tomaremos un shinkansen que nos llevará hasta Tokio, allí cogeremos las JR Takasaki Line que nos dejará en la estación de Akabane, al lado mismo de nuestro hotel al que llegaremos sobre las 6 de la tarde.

Nuestro hotel, Daiwa Roynet Hotel Tokyo Akabane, como todos los que hemos elegido, se encuentra relativamente cerca de la estación, en menos de diez minutos llegamos. Allí encontramos nuestras maletas grandes que vinieron con transportista desde Kioto, procedemos a hacer el check-in y nos ubicamos en nuestras habitaciones, funcionales al máximo y con aprovechamiento extremo del espacio. Nos aseamos y salimos al centro por excelencia de esta ciudad: Shibuya, zona de negocios y comercios y famosa por el tan fotografiado cruce de peatones en el que se abren los semáforos al unísono con una curiosa música. En una de las calles adyacentes buscamos algún restaurante de comida rápida para cenar.

Paseando por Shibuya

Pasaremos cuatro días y cinco noches en Tokio y aprovecharemos para hacer excursiones a Nikko y Kamakura

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DIA-11 Tokio

Empezaremos el día visitando el ayuntamiento de la ciudad y para eso tomamos la Saikyo Line en Akabane para apearnos en Shinjuku que es la estación de trenes más transitada del mundo, por ella pasan cada día más de dos millones de personas. Aquí paran todas las líneas de los trenes JR, además de tres líneas de metro, Shinjuku (S), Oedo (E) y Marunouchi Line (M). También parten de aquí los trenes Odakyu Line, en dirección Hakone o Kamakura entre otros destinos. En unos 25 minutos estamos en el ayuntamiento.

Tokyo, Estación Akabane

Estación Akabane, viajeros esperando el tren en perfecta formación

Shinjuku es el barrio de los rascacielos y el Edificio del Gobierno Metropolitano se encuentra allí. Fue construido en el año 1991 para albergar las oficinas del Ayuntamiento de Tokio. Durante dos años fue el edificio más alto de Japón, aunque hoy en día sigue siendo uno de los más altos de Tokio, sin contar las torres de comunicación.

Está formado por dos torres gemelas de 243 metros de altura, con un mirador en ambas a una altura de 202 metros, en la planta 45.

En la primera planta alberga la Oficina de Turismo, donde pudimos encontrar mapas e información en distintos idiomas. Además se pueden contratar visitas guiadas gratuitas ofrecidas por voluntarios, sólo disponibles en inglés.

La torre norte está abierta todos los días, en horario de 09:30 a 23:00 horas. La sur tiene un horario más restringido, de 09:30 a 17:30 horas. Permanecen cerradas los días 29, 30 y 31 de diciembre y el 2 y 3 de enero. Además el observatorio sur cierra el primer y tercer martes de cada mes y el norte el segundo y cuarto lunes de cada mes. La entrada es gratuita.

Ni que decir tiene que las vistas son impresionantes, allí arriba encontramos una tienda de souvenirs y una cafetería. Se nos fue el tiempo tomando fotos de la gran megalópolis.

Nuestra siguiente visita es al Santuario de Meiji Jingu. Está cerca pero no es cuestión de cansarse y como el trayecto nos lo cubre el JR Pass tomamos la línea Yamanote desde Shinjuku hasta la estación de Harajuku y allí mismo hacemos la entrada en el santuario.

Se trata de uno de los santuarios sintoístas más populares de todo Japón, dedicado al primer emperador del Japón moderno, el emperador Meiji y su esposa, la emperatriz Shoken. Está rodeado de un bosque de 120.000 árboles de diferentes especies, al lado del Parque Yoyogui, en pleno centro de Tokio, y es un lugar de descanso y relax ideal, a pesar de estar en una de las zonas más bulliciosas de Tokio.

La entrada al santuario está marcada por varios torii enormes de madera y cobre, que llevan la figura de un crisantemo, la flor que aparece en el blasón de la familia imperial.

Los barriles de sake, ofrenda típica en estos santuarios también está presente en el camino que nos lleva hasta el edificio central.

Tokyo, Meiji Jingu

Ahora nos dirigimos a la famosa calle Takeshita-dori que es la más popular y concurrida del distrito de Harajuku, conocido éste por ser el corazón de la cultura Kawaii en Tokio.

Se trata de una calle de medio kilómetro atestada de viandantes y multitud de comercios de ropa, accesorios, peluches y todo tipo de elementos con referencias recurrentes a motivos femeninos e infantiles. Y chicas con los pelos de colores vestidas con encajes, volantes, lacitos y medias blancas hasta rodilla arriba. No salimos indiferentes de esa calle, extraño fetichismo el que gastan estos japoneses con su peculiar cultura pop.

Salimos de Takeshita y nos dirigimos a Shibuya. Por el camino nos metemos en un edificio de tantos que albergan restaurantes y encontramos uno ¡español! Como alguno de los miembros del viaje ya estaban un poco hartos de tanta vianda nipona decidimos entrar y comer allí. Definitivamente el visitar un país extranjero y comer en un restaurante supuestamente de comida española es una experiencia de riesgo. La paella parece igual pero sabe sopechosamente diferente, la tortilla de patatas ya ni te cuento y las patatas bravas japoneaban. De todas maneras conseguimos calmar el apetito.

Después de comer llegamos a Shibuya y contemplamos el centro neurálgico por excelencia de Tokio de día, todo un espectáculo, se dice que cada vez que se abre el semáforo de ese cruce peculiar, más de 1000 personas lo cruzan a la vez. Algo que tampoco deja indiferente en Tokio es el  «silencio de la masa», los japoneses son silenciosos hasta cuando circulan en tropel por la ciudad, los automóviles de última generación no generan demasiado ruido, no se oyen pitos y muy pocas sirenas. El uso de la bicicleta está también muy extendido. El móvil para hablar lo tienen muy restringido sobre todo en los transportes públicos, todo esto hace que esta ciudad en la que viven más de 35 millones de personas sea sorprendentemente tranquila y muy poco ruidosa.

Shibuya

Después de tomarnos un café por la zona nos disponemos a visitar el próximo destino: Akihabara, el barrio tecnológico. Para ello tomamos el JR Chuo/Sobu Line Local Service for CHIBA, serán unos 20 minutos y ya estaremos en Akihabara, el paraiso de los tecnófilos, allí encontramos todo tipo de aparatos electrónicos y digitales, incluso tiendas con componentes electrónicos básicos.

Acabada la visita en este barrio tomamos transporte hasta la estación de Korakuen, para eso consultamos Hyperdia, en poco menos de un cuarto de hora llegamos y buscamos nuestro siguiente punto de interés, el edificio del Centro Cívico de Bunkyo en el que encontramos un magnífico mirador en la planta 25. No son muchos pisos pero la situación es estratégica y la panorámica es inmejorable, rascacielos de Shinjuku e Ikebukuru y monte Fuji incluido. Valió la pena la visita, además estuvimos solos, apenas había visitantes en este mirador, pudimos deleitarnos tomando fotos a discreción de la bonita puesta de sol.

Nuestras visitas por hoy han acabado, volvemos a Akihabara tomando el transporte en el que hemos venido y allí tomamos el JR Keihintojoku Line hasta la estación de Akabane donde regresamos a nuestro hotel, será una media hora de viaje. Esta noche cenaremos en la habitación del hotel y echaremos unas risas tomando unas copitas de cava que nos supieron a gloria en la reducidas dimensiones de una de nuestras habitaciones.

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DIA-12 Tokio y excursión a Nikko

Hoy dedicaremos el día a visitar Nikko, ciudad de «la luz del sol», pueblo encantador que se encuentra a 135 kms. de Tokio. La naturaleza desbordante, peculiaridad arquitectónica y connotaciones espirituales definen ese bonito lugar, es uno de los centros budistas más importantes de Japón y Patrimonio de la Humanidad desde 1999.

Para ello ese día nos levantamos un poco temprano ya que a las 8 tendremos que estar en la estación de Akabane para tomar la Utsunomiya Line que en poco menos de una hora y media nos dejará en la estación de Utsunomiya. Allí cogeremos la línea local JR NIkko hasta Nikko y en unos 50 minutos estaremos en nuestro destino. Todo ello obviamente nos entra con el JR Pass.

El día está un poco tapado y a ratos tendremos que sacar el paraguas. El tiempo nos ha respetado bastante hasta los últimos días de nuestro viaje, aunque esto en ningún momento fue un impedimento para disfrutar de las visitas.

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Llegamos a Nikko y desde allí emprendemos un paseo a pie de unos veinte minutos por una calle con restaurantes y diversos establecimientos de reclamo turístico que los lleva hasta hasta las proximidades del puente Shinkyo sobre el río Daiya. Esta construcción de madera laqueada roja data de la época feudal y fue construida para permitir el ingreso hacia el mausoleo del primer shogun Tokugawa.

Puente Shinkyo

Nuestra siguiente etapa es el templo budista de Nikko, Rinno-ji, célebre por tener los tres budas de madera dorados más grandes de Japón. El templo se encuentra en restauración hasta el 2021 y nos lo encontramos cubierto con una gran estructura metálica. Esto desvirtuó un poco la visita.

Rinno-ji

Seguimos y nos dirigimos al Templo de Toshogu, tiene más de 350 años, es una construcción en honor del primer shogun Ieyasu Tokugawa, para conmemorar su muerte. Está considerado como tesoro nacional del país y guarda en su interior la escultura de los 3 monos sabios o místicos. En esta escultura se ven los tres monos tapándose con las manos los ojos, los oídos y la boca. Es una imagen que resulta familiar y que simboliza la negación de la maldad y del miedo.

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Como en todo templo sintoísta atravesamos el torii de rigor después de haber contemplado la pagoda de 5 pisos. Hay que decir que para construir este santuario se necesitaron 15.000 artesanos venidos de todo Japón que trabajaron durante dos años y que emplearon 2,5 millones de hojas de an de oro.

Nikko

El último de los edificos que visitamos en ese recinto es Futarasan-Jinja, santuario sintoísta que está compuesto de varios edificios construidos en diferentes épocas.

El Futarasan-Jinja, es uno de los emblemas del parque natural de Nikko y de la ciudad y está dedicado al pico más alto de la zona , Nantai-San

Quizás el complejo de este santuario sea el más natural de todos ya que parece estar incrustado en la propia montaña y al ser sintoísta los lugares de culto están en el entorno.

Nikko nos muestra un síntesis de Antiguedad, historia, naturaleza y encuentro de religiones. Los templos y santuarios que aquí encontramos son los más ancestrales de Japón, por tanto, visita imprescindible a poco que se pueda si estamos en Tokio.

Nuestra visita a esta ciudad ha acabado, son más de la dos de la tarde y emprendemos camino de vuelta a la estación de Nikko. Bajamos a pie, tardaremos 30 minutos. La lluvia nos ha ido acompañando por momentos de una manera discreta y hace que el paisaje que nos rodea luzca en todo su esplendor resaltando toda la gama del color verde que desprende la frondosa vegetación. Antes hacemos una parada en el comercio de conveniencia de turno para nutrirnos y tomar unas bebidas. Sobre las cuatro de la tarde tomamos nuestro tren hasta la estación de Utsunomiya, de aquí a Omiya (Saitama) en el tren bala y de Omiya a Akabane.

Son las seis de la tarde y hacemos entrada en nuestro hotel, esta noche intentaremos cenar al más puro estilo japonés, buscaremos un restaurante especializado en sushi. Una buena ducha y bien mudados salimos a «comernos» Akabane, el barrio es animado, está lleno de izakayas y pequeños bares de tapas a lo japonés muy concurridos. Nos llama la atención la publicidad exterior de un restaurante –Sushitsune Akabane– que expone de una manera muy gráfica todo su producto con ilustrativas fotografías y muestras de plástico muy realistas que nos son de gran ayuda ya que el ingles brilla por su ausencia en todo el barrio, sólo nos enteramos de los números.

Sushitsune Akabane

Cena divertida y gratificante de una manera desigual, el sushi y el sashimi son especialidades que aún se resisten para algún miembro del grupo, menos mal de la tempura y alguna que otra cosa. Éramos los únicos occidentales del lugar y tuvimos que esperar ya que estaba lleno. No hubo problema, disponían de unos bancos adosados en la pared destinados a los clientes en espera de mesa, momento interesante para observar el meticuloso y atento trabajo de los empleados detrás de la barra preparando sushi.

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Acabaremos la noche tomándonos algún café o matcha-latte en un Starbucks próximo.

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DIA-13 Tokio

Encaramos ya los últimos días de nuestro viaje y dedicamos los primeros momentos del día a visitar el Palacio Imperial y sus jardines. Tomaremos el tren en Akabane hasta Ikebukuro y de aquí hasta Otemachi, será una media hora escasa.

Nos dedicamos a deambular por los preciosos y exquisitamente cuidados Jardines Orientales del Palacio Imperial o Kōkyo Higashi Gyoen que se sitúan en la zona donde antaño se encontraban los antiguos círculos de defensa del castillo de Edo, el honmaru (círculo principal) y el ninomaru (segundo círculo de defensa), donde en la actualidad encontramos un jardín de estilo japonés. Hoy en día sólo quedan las puertas de entrada, algunas torres, muros y fosos.

El Palacio Imperial no se puede visitar ya que es la residencia oficial de la familia real.

Acabamos la visita al Palacio Imperial y vamos hacia Otemachi, allí tomaremos el transporte hacia la zona de Asakusa,  cogemos la Asakusa Line y luego la Tozai Line, más o menos media hora. En la zona de Asakusa comeremos y después nos dirigiremos a la Puerta de los Truenos, Kaminarimon que da entrada a la calle Nakamise o Nakamise-dori, una de las calles comerciales más antiguas de todo Japón con paradas de todo tipo de souvenirs, ropa y acceosrios tradicionales y comida. Una zona perfecta para hacer nuestras últimas compras en nuestro penúltimo día de viaje.

Al final de esta calle encontramos la Puerta de Hozomon que da entrada al templo de Senso-ji, el templo budista más antiguo de Tokio que data del año 628 y una pagoda de cinco pisos. Todos estos edificios fueron reconstruidos  de después de la II Guerra Mundial.

Puerta Hozomon

Acabamos con nuestra visita a Senso-ji y emprendemos una pequeña caminata hacia el muelle de Asakusa que queda cerca. Nos dirigiremos al edificio de Tokyo Cruise y allí compraremos los tickets del futurista barco Himiko que nos llevará por el río Sumida hasta la isla artificial de Odaiba en 50 minutos. Nos costó 1560 yenes por persona.

Se trata de un plácido recorrido fluvial en un acristalado y futurista barco diseñado por el dibujante Leiji Matsumoto. Se pasa debajo de diversos puentes mientras se contempla el Tokio residencial, del más moderno al más modesto para acabar con una  magnífica perspectiva del Rainbow Bridge

Desembarcamos en Odaiba Seaside Park, justo en la entrada de la Bahía de Tokio. Odaiba es una isla artificial que data del 1853 y que se construyó por motivos defensivos. A finales del siglo pasado se amplió y convirtió en importante zona comercial y de ocio. Lo más llamativo allí es el Rainbow Bridge, impresionante y moderno puente colgante. Enseguida encontramos una réplica de la estatua de la Libertad, aquí aprovecharemos para hacer unas cuantas fotos. Acabamos dando un paseo por el lugar para ir posteriormente a la estación de Odaiba-Kaihinkoen en la que cogeremos un tren hasta Shimbashi y otro hasta Akabane, tres cuartos de hora.

Rainbow Bridge

Estatua de la Libertad

Barco Himiko, río Sumida

En Akabane nos meteremos en un súper y compraremos la cena que comeremos en la habitación.

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DIA-14  Excursión a Kamakura y Tokio final

Estamos en nuestro último día del viaje y hoy visitaremos Kamakura. Tenemos que coger la JR Shonan Shinjuku Line haciendo parada en Shinjuku para conectar con la misma línea hasta Kamakura, llegaremos en 1 hora y cuarto, salimos a las 9 y media.

Kamakura tiene mucho que ver y nosotros poco tiempo que perder, por tanto nos ceñimos a unas pocas visitas imprescindibles. En primer lugar, el templo de Kotoku-in en el que se encuentra la estatua de bronce de 13,35 metros de alto y 93 toneladas del gran Buda Amida, sentado en la posición de loto meditando. Fue emocionante estar allí delante de aquella imponente estatua que transmitía paz y serenidad. Es la segunda estatua de Buda de mayor tamaño de Japón y muy curiosa por estar al aire libre. Está hueca y se puede visitar por dentro haciendo una simbólica donación de 20 yenes.

Daibutsu, el gran Buda de Kamakura

Iremos ahora a visitar el templo de Hase-dera, está cerca, en pocos minutos estamos en las taquillas comprando las entradas -300 yenes-

Hase-dera es el templo de los niños perdidos de Kamakura, es un lugar precioso donde hay miles de estatuas de Jizo, el buda patrón de los viajeros y de los niños difuntos, cosa esta última que inquieta. Muchas mujeres van a este templo a colocar las estatuas de Jizo tras perder a sus hijos en un aborto o circunstancias peores. Los jardines están llenos de multitud de figuritas.

A pesar de todo lo anterior, el templo y sus alrededores ofrece un entorno maravilloso de exuberante vegetación y estupendos edificios. Encontramos una serie de caminos que nos llevan a la parte más alta en la que podemos disfrutar de una bonita vista de la bahía de Kamakura.

Comeremos algo en plan rápido por los alrededores y volveremos a Tokio. Paramos en la estación de Ueno para visitar el famoso parque.

El parque Ueno es el primer parque de Tokio y uno de los principales focos culturales de la ciudad y dispone de cuatro museos, un zoológico y varios templos y santuarios. Nosotros realizamos una visita superficial debido al escaso tiempo de que disponíamos.

Nada más salir de la estación de Ueno encaramos la entrada del parque que se encuentra al salir de la estación, muy cerca encontramos la famosa estatua de Saigo Takamori, famoso samurai de los últimos tiempos del shogunato Tokugawa y la restauración Meiji. Defensor primero de la restauración imperial, se rebeló posteriormente contra este (rebelión Satsuma) en defensa de la preservación de los valores esenciales japoneses que veía amenazados por la occidentalización. Esta estatua es famosa en occidente por la película de Tom Cruise “El último samurai”

Estatua de Saigo Takamori

Seguimos y vamos hacia el estanque Shinobazu que está dividido en tres partes, el estanque de los lotos, el de los barcos y el de los cormoranes. En esta época no encontramos ninguna flor de loto, una lástima.

Shizuka entre las flores de lotoFinalizamos la fugaz visita a Ueno, tenemos que volver a nuestro hotel, es nuestra última noche en Japón y toca hacer las maletas, asearnos y buscar algún restaurante para tener nuestra última cena en Tokio.

Segunda noche dedicada al sushi en otro restaurante relativamente cercano al hotel. Apuramos nuestras últimas horas en la ciudad con unas cervezas unas risas y comida típica. El viaje ha sido intenso, la esencia del la filosofía del país nipón nos ha impregnado, en el grupo ha habido entendimiento y armonía, siempre nos esperará Japón y su encanto para una segunda ocasión.

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DIA-15 de Tokio a Narita, vuelta a casa  

El último día en Tokio tendremos que madrugar, nuestro vuelo sale a las 10:25 del aeropuerto de Narita. En Akabane tomamos la línea JR Keihin-Tohoku/Negishi Line Local for Ofuna hasta Nippori y allí cogemos el Keisei Skyliner 5 que en 40 minutos nos dejará en la terminal 1 del aeropuerto de Narita. Nos esperan 12 horas de vuelo hasta Zurich donde cogeremos nuestro avión hasta Barcelona.

Monte Fuji

El Monte Fuji nos da su despedida

de Tokio a Zurich

hacia Zurich…

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Pequeña miscelánea

A pesar de que Japón es un país desarrollado al nivel de cualquier estado europeo, no deja indiferente al occidental que lo visita por primera vez. El pragmatismo japonés ha tomado lo mejor del progreso y el avance preservando a la vez lo más esencial de su ancestral cultura y costumbres.

Después de estas vacaciones tengo la percepción de que son los pequeños detalles lo que hacen de Japón un lugar tan interesante, detalles que nos llaman la atención por extraños y curiosos bajo nuestra mirada foránea, gastronomía, costumbres y rutinas van pasando por nuestros ojos haciendo más enriquecedor y estimulante nuestro viaje.

Ahí van algunos de esos detalles:

-¿No hay obesos en Japón? ¿Qué comen esa gente?

Algo que llama sumamente la atención cuando estás en el país nipón es la esbeltez en general de sus gentes, no es habitual ver obesos. En pocos días uno se da cuenta de que la razón reside en la dieta que siguen.

La gastronomía japonesa se caracteriza en general por tener sabores delicados y suaves, no encontramos fácilmente guisos ni platos elaborados en exceso. Leche y frutas son productos de consumo escaso en detrimento del arroz y productos frescos como pescado y verduras. el caldo de pescado o el “miso” es consumido en todas las comidas, asimismo, las algas y el tofu completan el abanico nutricional sin dejar de mencionar el té verde que beben como el agua.

-La siesta no es un invento español…

Tanto proclamar a los cuatro vientos que la siesta es un invento ibérico para ir a Japón y comprobar que si hay alguien entusiasta de las cabezadas y siestas exprés son los nipones. Aprovechan el tiempo que pueden para dormir sobre todo en los transportes públicos, los he visto hasta dormir de pie sin ningún problema apoyados en cualquier rincón del vagón.

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japonesito durmiendo

-La rutina humana más íntima elevada al supremo grado de sofisticación, inodoros inteligentes…

La primera vez que se entra en un baño japonés y se contempla un inodoro se le queda a uno una buena cara de pánfilo, ¡horror! ¿cómo funciona esto? ¿y el manual de instrucciones? Sobran más explicaciones, ahí van algunas fotos.

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Y estos urinarios, ¿qué os parecen? con sus zuecos y todo para no pisar alguna gota que se pueda escapar.

-¿Qué pasa con los conductores del bus y tren en Japón? ¿Hablan solos, porqué hacen esos gestos?

Como casi todo en Japón, es igual, pero diferente, me explico.

Subes en bus o el tren y si tienes la oportunidad de ir en los primeros asientos y observar al conductor o conductora, no tardarás en observar que efectúa extraños gestos, señalando con los brazos, apuntando con el índice, mirando a un lado y a otro y también hablando…a no se sabe quién. Es cierto que llevan unos “pinganillos” y uno piensa que están continuamente comunicándose con la central, peno no, no se trata de eso.

Se trata de un método de prevención de errores a través de gestos y vocalizaciones. Dicen que al escuchar tu propia voz, y hacer uso de los músculos de la boca y el brazo, estimulas tu cerebro para que esté más alerta.

Es una técnica que la desarrolló y puso en marcha un ingeniero y conductor de trenes de vapor y que años después se generalizó después de comprobar que se reducían notablemente los accidentes a través de esa eficaz prevención de errores, se llama «shisa kanko» o «pointing and calling» en inglés. Curioso, ¿no?

Y poca broma, en el metro de Nueva York también lo han adoptado.

shisa kanko

shisa kanko

-Exclusivo alimento, objeto de deseo…la fruta.

Las contadas ocasiones que tuvimos de entrar en algún supermercado pudimos comprobar que la fruta no abundaba y era cara. Japón es un país con abrupta orografía y poca superficie cultivable, la producción de fruta es muy escasa pero la que se produce es excelente. Aplican las mejores técnicas agrícolas y cuidados para obtener verdaderos productos de lujo, de hecho, alcanza precios prohibitivos, como si de una joya se tratara. Existe la costumbre de regalarga cuando se va de visita a una casa o a ver a un enfermo al hospital, es un obsequio apreciado.

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Estados Unidos, nuestro viaje por el triángulo de la Costa Oeste

Una buena manera de empezar nuestro relato es mostrando el equipaje de nuestro viaje y el coche, un Kia Sedona que nos ha llevado de manera eficiente y placentera por las carreteras de los estados de California, Arizona, Nevada y Utah.

Un vehículo de ocho plazas para seis personas, amplio y con todo lo necesario, justo para el equipaje pero suficiente, previamente ya nos habíamos hecho el propósito de no llevar más que una maleta mediana y un trolley de cabina por pareja, había que sobrevivir con todo esto, no disponíamos de más espacio y funcionó.

Todo empieza en noviembre del 2015 cuando hablamos seriamente de llevar a cabo este periplo y en el que nos ponemos de acuerdo tres parejas de amigos. Hacemos un seguimiento a través de varias webs para conseguir los billetes aéreos no importándonos la ciudad -San Francisco, Los Ángeles o Las Vegas- pero sí la fecha, decidimos que  sea del 31 de mayo al 14 de junio del 2016. Acabamos encontrando el mejor precio en Momondo 391 € por persona, un precio insuperable para un billete de Barcelona a San Francisco, lo conseguimos el 22 de diciembre -bonito regalo de Navidad- A partir de aquí todo es euforia desbordada, se pone en marcha todo un trabajo en equipo, cada uno tiene su cometido, búsqueda y recopilación de información en webs y blogs, búsqueda de hoteles con mejor calidad-precio, coche de alquiler, etc, etc.

El coche fue alquilado en Alamo, a través de Rentalcars por 684€, éramos tres conductores, lo que quiere decir que nos tuvimos que sacar el carnet de conducir internacional en la DGT por 10€ cada uno. También alquilamos un GPS que nos dieron nada más llegar. Sopesamos la posibilidad de comprar uno allí pero nos preocupaba el hecho de llegar, coger el coche ya entrada la noche y tener que localizar el hotel cansados del largo viaje y desorientados. Nos dieron un Garmin que nos funcionó bastante bien, tal vez la única pega fue que en ocasiones tardaba en reaccionar y nos provocó algún que otro error. Por cierto, llevábamos también un mapa que nos cubría todo el viaje, siempre fue bien cotejar las ruta que llevábamos con el mapa, además, nunca se sabe, ¿y si nos fallaba el GPS?

En el momento de la recogida del vehículo nos ofrecieron seguro con coberturas adicionales que no cogimos ya que nosotros ya habíamos contratado un seguro complementario con Rentalcover que ofrecía cobertura extra con asistencia en carretera, robo, pérdida de llaves, etc. Nos salió por 98 €, se puede decir que es casi obligado ya que la cobertura que ofrecen cuando te entregan el coche es mínima y si la contratas allí te sale por el doble.

El seguro de asistencia médica en viaje y cancelación lo contratamos con Fit2Trip y nos salió por 252€, el tipo de cobertura fue «viaje único Basic» modalidad «mundial»

Los hoteles los reservamos todos a través de Booking Esta web es muy práctica ya que permite cancelar sin gastos hasta cuatro o cinco días antes de llegar al hotel. A mi me gusta previamente hacer una prospección en TripAdvisor, me fijo en las opiniones malas y miro con detenimiento las fotografías de los usuarios, dicen mucho del estado de limpieza de las habitaciones, lavabos, etc. Es interesante perder un poco el tiempo en esto. Intentamos coger alojamiento y desayuno, en la mayoría fueron dignos y suficientes. La mayoría fueron moteles, los típicos hotelillos de carretera que tan acostumbrados estamos a ver en las películas.

Nuestro recorrido fue básicamente el triángulo San Francisco-Los Ángeles-Las Vegas, visitando todo lo que pudimos en las dos semanas de que disponíamos, he aquí las ciudades y lugares de interés que fuimos visitando:

INDICE DE RECORRIDO, CIRCUITO Y VISITAS

DIA1San Francisco, llegada, sólo dormir

DIA2-Costa de California, Big Sur, Carmel y dormir en Santa Bárbara

DIA3 -Los Ángeles, primera noche

DIA4-Los Ángeles, segunda noche

DIA5-Parte de la Ruta 66, Kingman, Seligman, Williams, dormir aquí

DIA6-Gran Cañón del Colorado y dormir en Kayenta

DIA7-Monument Valley, Horseshoe Bend y dormir en Page

DIA8-Antelope Canyon, salida hacia Las Vegas donde dormimos

DIA9-Las Vegas, segunda noche

DIA10-Death Valley y dormir en Mammoth Lakes

DIA11-Mammoth Lakes, Tioga Pass, Yosemite, dormir en Oakhurst

DIA12-San Francisco, primera noche

DIA13-San Francisco, segunda noche

DIA14-San Francisco, tercera noche

DIA15-Vuelta a Barcelona

CONCLUSIONES FINALES

DIA 1  San Francisco, llegada

Después de nuestros dos vuelos, Barcelona-París y París-San Francisco, llegamos a esta última ciudad sobre las 7 de la tarde, todo sobre lo previsto, recogemos las maletas y nos dirigimos al centro de alquiler de coches que se encuentra muy cerca del aeropuerto. Cogimos el Air Train que conecta las diferentes terminales y también lleva al centro de alquiler de coches.

Llegamos a la central de alquiler de coches y nos dirigimos a  Alamo, accedemos al mostrador, no hay cola y en cuestión de un cuarto de hora tenemos el GPS , nos dirigimos a recoger el vehículo y nos comentan que tienen a nuestra disposición un Kia Sedona. En ese momento nos surge un dilema ya que el coche que inicialmente habíamos reservado era un Dodge Grand Caravan pero no lo tienen preparado y nos ofrecen este otro argumentando que son el mismo tipo de vehículo. Después de algunas disquisiciones decidimos salir con el Kia Sedona dirección Redwood City, lugar donde tenemos nuestro hotel: Good Nite Inn donde pernoctamos esa noche. el motel resulta algo ruidoso y no tiene desayuno pero si una bien surtida cafetería al lado donde desayunamos la mañana siguiente.

 

 

 

 

 

Ya tenemos algo muy importante, la primera toma de contacto con el coche que hace nuestro amigo Paco y también con el GPS, en español y en millas. El coche es automático, por supuesto, en un momento nos hicimos con él.

DÍA 2  Costa de California, Big Sur, Carmel y dormir en Santa Bárbara

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Después de desayunar copiosamente en Ihop Restaurant salimos dirección Silicon Valley, allí visitamos la sede de Google, la de Apple y también el antiguo garaje de b31d6b70a98601bb-photo.jpgSteve Jobs en el que construyó su pridsc_0151mer Apple junto con su socio Stephen Wozniak. Todo este recorrido no nos llevó demasiado tiempo, tal vez una hora y media. Es posible que alguien diga que no vale la pena perder el tiempo en estas visitas, en nuestro caso había algún ‘friki’ infiltrado que no se hubiera saltado nunca esas visitas y más, estando de paso por la zona.

DSC_0137 còpiaIniciamos la ruta hacia Carmel by Sea por la carretera 101, desviándonos por la 336 buscando la población de Marina y tomando vista así con la fachada marítima, al poco estamos ya en Carmel, donde visitamos Carmel City Beach, tomamos unas cuantas fotos de la bonita playa de arena blanca que tiene esa población.

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Carmel

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Es hora de comer y nos disponemos a buscar algún lugar en el que encontrar algo para meter en el cuerpo. Damos alguna vuelta por la población y localizamos un supermercado bien surtido que disponía de una terracita con algunas mesas en las que comimos algunos refrigerios que allí compramos. Después de tomar un café y dar un último paseo nos disponemos  a retomar nuestro viaje rumbo Santa Bárbara por la Highway número 1, costeando ese bonito litoral que a mi me recordaba una mezcla del litoral cantábrico con las costas de Escocia o Irlanda. Bosques que llegan hasta arenosas playas solitarias y abruptos acantilados. La carretera era sinuosa y a ratos la niebla escondía el paisaje.

Paramos en algunos miradores y por supuesto, paro obligado hacer fotos del puente Bixbi, increíble obra de ingeniería que salva unos altísimos acantilados, lástima de la niebla, aunque hay que decir que adorna ese paisaje de maravilla.

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Puente Bixby

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Conducir por Big Sur es una experiencia inolvidable, la carretera es serpenteante pero el paisaje bien vale la pena. El colofón de esta ruta es Piedras Blancas una playa donde se concentra una numerosa colonia de leones marinos, entre los meses de diciembre y abril pueden llegar a los 8000 ejemplares, es fácilmente localizable. Se da la circunstancia que en el año 1990 llegaron allí algunas docenas de leones marinos que establecieron la colonia que ahora hay.lleones

Las ardillas también son protagonistas de la visita, pululan alrededor de los turistas en busca de algo de comida sin ningún recato.ardilla

Tras esta interesante parada proseguimos nuestro viaje hasta Santa Bárbara, donde pasamos la noche en el Orange Tree Inn, un motel en el que compartimos la habitación los seis miembros de la expedición, es la única noche con habitación compartida, una opción económica pero no muy cómoda -un baño para todos

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DIA 3  Los Ángeles-1

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Abandonamos el Orange Tree Inn y nos disponemos a buscar un lugar en el que desayunar ya que no tenemos el desayuno incluido, lo hacemos en un 7-Eleven justo al lado del motel y salimos hacia la zona costera en la que visitamos el embarcadero. El día está nublado y el tiempo es fresco, como en todo el viaje hasta ahora.

En el pier o muelle de esta localidad encontramos algunos restaurantes, tiendas de souvenirs  y bares aunque sólo nos dedicamos a dar un paseo y hacer algunas fotos.

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Santa Bárbara

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Dejamos esta localidad en dirección a Santa Mónica, la puerta que nos dará entrada a Los Ángeles. Siguiendo la Pacific Coast Highway, pasamos por Malibú, ciudad famosa por sus arenosas playas, residencia de numerosos famosos o ‘celebrities’ como se les llama ahora y también numerosos surfistas que aprovechan el lugar por sus inmejorables condiciones para ese deporte.

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Malibú

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Malibú

Una vez acabada la visita seguimos y llegamos a la ciudad de Santa Mónica, el día sigue nublado, una lástima ya que lo interesante aquí es contemplar el espectáculo que ofrecen bañistas, patinadores, corredores, ciclistas y gente ‘creando músculo’ a pleno sol. El día que nosotros fuimos no fue el ideal aunque sí se veía mucho ambiente, aprovechamos para dar un paseo por la playa más cercana al muelle ‘Pier’ y hacernos fotos delante de los famosos puestos de los vigilantes de la playa para posteriormente ir al embarcadero , tomarnos una cerveza y contemplar el famoso parque de atracciones con su noria que tantas veces hemos visto en el cine.

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Santa Mónica

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De nuevo en el coche, marcamos la dirección del motel en el GPS y hacemos entrada en Los Angeles, aquí estaremos dos noches, en el Friendship Motor Inn, se encuentra no demasiado cerca del centro, cosa que no tiene mucha importancia ya que en esa ciudad hay que moverse en coche, la alternativa de transporte público no es una buena opción. La estancia en este motel es agradable, habitaciones con camas cómodas, limpieza correcta, microondas, café y nevera. El desayuno había que ir a buscarlo a recepción y tomárselo en la habitación,  cosa que nos resultó extraña al principio y a la que nos adaptamos sin problemas, por cierto, el encargado del motel, muy amable, un paquistaní de mediana edad muy simpático y solícito aunque no hablaba nada de español.

 

 

 

 

 

Una vez hecho el check-in tomamos otra vez el coche y nos dirigimos al Paseo de la Fama que se encuentra en Hollywood Blvd. Aparcamos en un párking próximo y como el estómago aprieta buscamos algo para comer, hamburguesas, como no. Visitamos In-N-Out Burger , es un lugar bastante recomendado. No deja de ser la típica hamburguesería al más puro estilo McDonalds, eso si, barato y buena carne.

An In-N-Out Burger restaurant at 7009 West Sunset Blvd. in Los Angeles, California, USA

Con el estómago un poco engañado caminamos en dirección al Paseo de la Fama y paseamos por allí deleitándonos con las estrellas en el suelo de artistas famosos, todo a lo largo de paseo hace referencia al mundo del cine y del espectáculo. Al lado del Teatro Dolby, donde se celebran cada año las ceremonias de los Oscar hay un centro comercial muy vistoso con motivos cinematográficos y desde él que se puede ver a lo lejos el famoso cartel de Hollywood.

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Es media tarde ya y decidimos hacer un tour con una furgoneta adaptada mallal efecto, descubierta y con un guía-conductor que ‘él se lo guisa y él se lo come’ El individuo nos llevó por las zonas donde vivían las estrellas, básicamente Beverly Hills y nos fue explicando de una manera amena dónde estaban ubicadas las mansiones de los famosos más conocidos, eso sí, en inglés, ‘pillamos’ lo que pudimos.

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El tour nos lleva también por Mullholland Drive, a destacar la magnífica vista desde el punto más alto de la carretera,  a un lado la ciudad y el skyline y al otro el Valle de San Fernando donde se encuentran los estudios cinematográficos.

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L. A desde Mullholland Drive

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Valle de San Fernando

La parte final de la excursión nos lleva por Rodeo Drive y Sunset Strip, esta última, calle famosa por los lugares dedicados a la música, teatros y locales de actuaciones con mucho ambiente por la zona.

La duración de la excursión fue de  dos horas y el precio era de 59$ aunque nosotros regateamos un poco y nos lo bajaron. Por cierto, Los Ángeles es una ciudad traidora en eso del clima ya que durante todo el día pasamos mucho calor e íbamos con indumentaria ligera -bermudas y camiseta- allí hay que llevar alguna chaqueta en la mochila ya que nosotros hacia final de esa excursión pasamos frío. El guía que ya se sabía el guión, cuando vió que nos estábamos quedando allí tiesos como pajaritos, paró y sacó unas mantas que nos suministró y que nos pusimos encima sin preguntarnos demasiado por cuantas personas habrían pasado, pasar frío es muy triste.p1150848

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DIA 4  Los Angeles-2

Hoy lo dedicamos a visitar el Downtown o centro histórico de la ciudad, en  la zona financiera aparcamos el coche, en el World Trade Center, por 9$ lo pudimos dejar todo el día ya que hicimos todo el recorrido a pie.

Nos dirigimos dirección al ayuntamiento, para ello atravesamos El Grand Park donde encontramos el auditorio Dorothy Chandler Pavilion y el teatro Mark Taper Forum. El paseo es agradable hasta llegar al ayuntamiento, un edificio imponente con estética peculiar, a mi me recordó a las edificaciones oficiales soviéticas con un toque diferenciado por el color blanco de su fachada, es el primer rascacielos que hubo en la ciudad, se construyó en 1928 y hasta 1950 fue el edificio más alto de la ciudad. Allí se han filmado muchas películas, entre ellas Spiderman.

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La siguiente visita es a la nueva y flamante Catedral de Los Angeles construida en el 2002 y diseñada por el arquitecto Rafael Moneo, es la tercera catedral más grande del mundo y se construyó para sustituir a la a la maltrecha catedral de Santa Viviana muy afectada por el terremoto de 1994.

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Sorprende esta construcción, rompedoramente caatedralint2catedral intcontemporánea por fuera y también por dentro aunque en el interior la combinación de piedras, maderas y metales y también vidrieras hace que resulte agradablemente acogedora, además, goza de una buena dosis de luz natural, sin duda no nos deja indiferentes.

A esa hora ya picaba mucho el sol. Vamos pueblo La 1hacia Los Angeles más étnico y multicultural, llegamos al Pueblo de Nuestra Señora de Los Angeles, origen de la ciudad y ahora asentamiento básicamente de mejicanos, allí nos dimos una vuelta por Olvera Street y su mercadillo y nos refrescamos con unas cervecitas.pueblo LA2

La siguiente visita es Chinatown, muy cerca de Ntra. Señora de Los Angeles, allí la visita fue rápida, básicamente para comer alguna cosa. No deja de ser un barrio chino más al estilo de los que hay en tantas otras ciudades, atiborrado de comercios y gente pululando aunque no tanta con aquel calor, así que acabamos comiéndonos unos refrescantes y terapéuticos helados en Little Tokyo, una zona temática con comercios, restaurantes y motivos nipones, momento zen, sí señor.

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Ciudades hermanadas con Los Angeles

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El Sheriff Paco

Reemprendemos la marcha hacia el párking y por el camino nos encontramos con este edificio:

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En ese momento no sé porqué pero me suena enormemente, ¡Cómo no! es el famoso Edificio Bradbury una de las pocas muestras de arquitectura anterior al siglo XX en esa ciudad, pero para mi lo verdaderamente importante es que ahí se filmaron algunas de las míticas escenas de Blade Runner. Ahora me estiro de los pelos ya que ‘a posteriori’ me he podido informar de que te dejan acceder al interior del hall para visitarlo y tomar fotos, en aquel momento pensamos que era un edificio privado, imperdonable; el teniente Deckard me hubiera pegado dos tiros sin pestañear como si de un despreciable ‘pellejudo’ se tratara.

Nos encontramos ya en el centro financiero, la tamizada y vespertina luz solar incide sobre las acristaladas superficies de los modernos rascacielos creando un bonito juego de reflejos.

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Los Angeles en su versión más contemporánea, un bosque de cristal y cemento.

Una vez ya en el coche, acabamos la tarde en Rodeo Drive. Teníamos ganas de merodear por la calle más lujosa de todo Los Angeles y se puede decir que del mundo. Todo eran tiendas de lujo sumo mimando hasta el último detalle, pavimento y aceras impolutas, esbeltas palmeras, cuidados parterres, todo allí rezuma lujo y exclusividad, no eres nadie si no te das una vuelta con tres o cuatro bolsas de algunas distinguidas tiendas de esa calle. Después de babear como lelos por los escaparates, nuestro paseo acabó en la puerta del famoso Beverly Wilshire Hotel, en el cual se rodó la película Pretty Woman, unas fotos y venga, hacia nuestro modesto motel.

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rodeo1Beverly Wilshire Hotel

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DIA 5  Ruta 66, Kingman, Seligman, Williams

Tenemos por delante el día en que recorreremos más distancia, serán más de 700 kilómetros y haremos unos cuantos a través de la mítica Ruta 66, tanto oir hablar de ella ya tenemos ganas de conducir y comprobar si el mito tiene fundamento.

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Este mapa os muestra el recorrido total del día que básicamente hacemos por la Ruta 40 menos el tramo que se muestra en gris en el segundo mapa que corresponde al desvío que tomamos para recorrer la Ruta 66 entre Kingman y Seligman, 140 kilómetros conduciendo por la histórica carretera.

La ruta 66 está descatalogada oficialmente del mapa de carreteras del país desde 1985, hasta ese momento fue la carretera más emblemática de Estados Unidos, recorría la nación desde Chicago hasta Santa Mónica (Los Angeles). Era conocida como ‘The Main Street of America’ o ‘The mother road’ no en vano atravesaba 7 estados en casi 4000 kilómetros. Se vio sustituida por la red nacional de autopistas y actualmente representa un reclamo más que nada turístico, cantidad de moteros recorren sus tramos año tras año.

Bien, volvemos al principio del día. Salimos de Los Angeles, lo cual nos cuesta un rato, la circulación es fluida pero sorprende lo grande que es la ciudad y lo que se tarda en salir. Ya en ruta por la n.40 vamos notando que el calor va subiendo y mucho, la carretera es de dos carriles por sentido y camio2aquí empezamos a ver la auténtica América de los camiones y vehículos de todo tipo, Camiones con dos remolques, camionetas variopintas y también coches engancotxerauchado detrás de camionsotros vehículos, y pick-up, muchas pick-up. Ni que decir que los vehículos allí son enormes y en camio1su nenasmayoría de gasolina y automáticos. Siempre me han gustado esos camionacos con el morro alargado y esos llamativos colores  y cromados, los haDSC_0544 còpiay que son preciosos.
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Por cierto, hay que decir que a estas alturas nos hemos provisto de una nevera de cámping que hemos ubicado perfectamente entre las dos últimas filas de asientos en medio, quedaba allí que ni pintada,

nevericaguardando nuestras bebidas bien fresquitas, cada día reponíamos el hielo. La adquirimos en un supermercado.Y bien que la necesitamos cuando pasamos por el Desierto de Mojave, el sol abrasaba.DSC_0542

Creo que cada americano nace con un coche a su lado, el país está hecho para conducir, las carreteras son buenas y están en buen estado, también la señalización. El límite de velocidad en carretera es normalmente de 65 millas/hora -110 km/h-, pudiendo llegar hasta 75 m/h -120 km/h- en algunos tramos, si queréis saber algunas peculiaridades más de la conducción en Estados Unidos visitad esta web: usatourist.comgrupo cohe azul

dsc_0548Prosigamos con nuestro viaje, una vez atravesado el Desierto de Mojave nos dirigimos a Kingman que es el primer pueblo de la ruta 66  con el que tomamos contacto, allí comemos en un restaurante típico, auténtica reproducción de los diner de los años 50, Mr. D’z, sillones mullidos de colores chillones, jukebox, máquina de coca-cola, suelo con baldosas en blanco y negro, todo ello muy de cine, y por supuesto suculentas hamburguesas y batidos pero de cerveza, nada de nada, no hay quien entienda a estos americanos
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dz2Después de comer aprovechamos para dar una vuelta por los alrededores en los que se encuentra un viejo tren de mercancías. Nos ponemos de nuevo en marcha, el calor aprieta en Arizona, paramos en Hackberry donde encontramos una antigua gasolinera convertida en museo, ya que la original cerró en 1978 y desde 1992 es Hackberry General Store una tienda de souvenirs con toda la parafernalia de los años 50. En el exterior hay coches de la época destartalados, surtidores de gasolina decrépitos y más motivos que nos remontan unas décadas atrás.

 

 

 

 

 

Esta zona fue en el siglo pasaroute2do asentamiento de mineros, se buscaba oro y plata, hay una linea de tren paralela a la carretera en la que vemos pasar un larguísimo convroue1oy de mercancías.

Seligman es nuestro próximo destino, allí encontramos más iconografía de la ruta 66 y sus años de esplendor y allí también retomamos la Interestatal 40 para proseguir nuestro viaje.

DSC_0637 còpiaflagEstamos ya en la última etapa del viaje de hoy, atrás varoad2n quedando los paisajes áridroad1os y empezamos grca ver coníferas a medida que nos vamos acercando a Williams, el Gran Cañón está cerca.

En Williams nos alojamos en Buffalo Pointe Lodge, un pintoresco e histórico hostal muy curioso pero de dudoso confort, lo mejor fue el desayuno, la señora que regentaba el establecimiento nos trató como si fuéramos su familia, desayuno casero hecho in situ . El pueblo no tiene gran cosa, alojamientos y restaurantes ocupados por gente que espera visitar el Gran Cañón, visita de nuestro siguiente día.

 

 

 

 

 

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DIA 6  Gran Cañón del Colorado, Kayenta

Una vez más con las maletas en el coche emprendemos camino al Gran Cañón del Colorado, otro de los platos fuertes de este viaje. en una hora nos ponemos en la entrada del parque.

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Al llegar nos encontraremos en la entrada una caseta de madera donde pagar el ticket para entrar, cuesta 30 dólares.Se suele recomendar usar los autobuses para no desesperarse buscando aparcamiento en los miradores.

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Estas son las tres rutas que hacen los Shuttle bus gratuitos:

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Autobús azul Gran Cañón: Nos llevará por la zona llamada ‘la villa’, ahí están la mayoría de los alojamientos, un supermercado, la estación de tren, varias tiendas y algún que otro precipicio.

Este autobús se coge en la puerta de Información, veremos fácilmente la parada, aquí podemos coger también los autobuses de la ruta verde.

La última parada del autobús azul, (Hermits Rest Route Transfer) es la primera de la ruta que hace el bus rojo, todas las rutas son circulares, y vuelven al mismo sitio donde nos recogen, van parando en varios sitios y pasan cada 15 o 20 minutos aproximadamente.

Autobús rojo Gran Cañón: Va hacía el oeste del Parque. Tiene las mejores paradas para ver el Gran cañón y el Río Colorado, 75 minutos aproximadamente. Nosotros hicimos uso de este bus, es puntual y ese día no había mucho visitante para ser sábado.

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Después de este recorrido que nos lleva prácticamente hasta el mediodía, buscamos alguna zona de picnic para comer las ensaladas y refrigerios que compramos por la mañana y seguimos con el coche para pasar por la Desert View, (que es la línea verde) pero nosotros la haremos con nuestro coche, porque seguimos con nuestra ruta parando por los distintos miradores del Gran Canyon rumbo Kayenta, nuestra próxima parada para dormir.

El día es precioso y nos permite tomar unas magníficas fotos de ese lugar increíble, hace calor pero no aprieta en exceso, eso si, imprescindible gorra, protector solar y agua, mucha agua.

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La visita a este parque es una auténtica gozada, todo es magnífico y enorme, el contraste rojizo de esas lomas con el cielo azul queda en la retina para siempre, a veces me pregunto cómo hubiera sido desde un helicóptero, nunca lo sabremos. Lo que si que está claro es que poco más de medio día para esta visita es muy poco, las exigencias de nuestro particular guión de viaje no daban para más pero yo particularmente si volviera dedicaría más tiempo y pensaría seriamente la excursión en helicóptero.

La carretera cuando salimos del Gran Cañón es bastante bonita. Salimos del GC por la carretera 64, llegamos a la 89 y luego cogemos la US-160 E hasta Kayenta.

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Allí llegamos sobre las ocho de la tarde y hacemos la entrada en el Wetherhill Inn motel en el que pasaremos esa noche, mañana toca Monument Valley, hay que descansar.

 

 

 

 

 

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DIA 7  Monument Valley, Horseshoe Bend, Page

El día se presenta espléndido para conducir hacia Monument Valley, espectacular parque nacional gestionado por los indios navajos que en esta zona del país tienen una de sus reservas. El ocre rojizo va ganando terreno y a lo lejos vislumbramos esos tan peculiares promontorios que adornan el horizonte, estamos justamente entre los estados de Arizona y Utah, los carteles nos van anunciando la proximidad al parque y también nuestra entrada al estado de Utah.

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En poco más de media hora nos ponemos en el parque -sin contar paradas para fotitos-. La entrada es de 20$ por vehículo.6cb3ed39f18c6404-photo

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Hay la posibilidad de realizar visitas guiadas, nosotros decidimos hacerla con nuestro coche. El recorrido es de unas 2 horas, fuimos parando por los ‘monumentos’ más relevantes, esas peculiares formaciones rocosas de formas caprichosas que tanto se han visto en las películas del Oeste. No hace excesivo calor, hay que tener en cuenta que esa zona está a 1700 metros por encima del nivel de mar, raramente la temperatura supera los 31 grados, el invierno es bastante frío.

4f7e1c9f1f09d23d-photoa7aadce7953a6983-photoDSC_0842 còpiaDSC_0874 còpiaDSC_0886 còpiaDSC_0893 còpiaDSC_0900Pasado mediodía acabamos nuestra visita a Monument Valley, retomamos la carretera deshaciendo lo recorrido para volver a Kayenta y seguir hasta Page que nos llevará unas 2 horas. Una vez en Page buscamos Big John’s Texas BBQ un restaurante famoso por sus costillas de cerdo ahumadas, allí reponemos fuerzas y buscamos nuestro hotel para esa noche.

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Comfort Inn & Suites es nuestro hotel en Page, como dice su nombre, confortable y amplio, de hecho fue el que más caro nos salió del todo el viaje, allí el alojamiento no es precisamente económico.

 

 

 

 

 

La tarde la aprovechamos para visitar Horseshoe Bend o la Curva de la Herradura en español, enorme meandro que forma el Río Colorado al pasar por Page. El acceso es gratuito, hay un gran aparcamiento y luego hay que caminar unos diez minutos. Vale la pena ver el río allí al fondo hundido en una gran herradura natural.
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El sol del atardecer confiere unos matices ocres y rojizos a esos terrenos ya de por si dotados de un intenso colorido, añadido al contraste con las aguas verdosas del Río Colorado al fondo, el espectáculo no tiene precio. Hoy ya no hay más que ver, volvemos al hotel para reponer fuerzas, cuyas magníficas habitaciones aprovecharemos para cenar ‘en familia’ los seis y echar unas risas, hay que celebrar el pastón que nos costó la noche que pasamos allí, 217 eurazos, un error en la reserva tuvo la culpa.
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DIA 8  Antelope Canyon, Las Vegas
 El día se presenta radiante, un sol implacable nos acompaña toda la jornada que dedicaremos en primer lugar a visitar el Lago Powell a pocos minutos del hotel. Se trata un lago artificial creado por el Río Colorado y que se formó en 1963, año en que se acabó de construir la presa en el Cañón de Glen. La zona es centro de deportes acuáticos y lugar de relax y esparcimiento turístico, goza de una gran belleza que le confieren esos montículos de bellos colores ocres y escarpadas aristas flotando en el extenso lago. En este lugar se rodó ‘El planeta de los simios’, ya sabéis, paisaje de película.
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Antelope Canyon nos espera, tenemos reservada la visita a las 11:30., esta es la mejor hora ya que el sol está en una posición perfecta para incidir verticalmente en el cañón y mostrarnos toda su belleza. En poco más de media hora estamos en el centro de visitantes. Este parque es otro gestionado los indios navajos, te recogen en unos Jeeps de cabina abierta y durante 10 minutos se atraviesa un polvoriento camino -imprescindible llevar mascarillas- hasta llegar a Upper Antelope Canyon, la visita dura una hora más o menos. Hay que estar allí como mínimo media hora o tres cuartos antes, la reserva se hace a través de internet y se paga allí. Hay que llevar dinero en metálico ya que piden una pequeña cantidad aparte, en nuestro caso fueron 8 dólares por persona.
El lugar es realmente impresionante, el agua de las lluvias torrenciales en esa zona desértica de Arizona moldea las paredes de los cañones dándoles unas formas suaves y geométricas con curiosas curvaturas que junto con la luz solar y el bello colorido nos ofrece un espectáculo inigualable.
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Después de la visita reemprendemos la marcha, nos quedan 420 kilómetros hasta llegar a Las Vegas, encontramos algunas obras en la carretera que nos hacen parar una media hora, la que aprovechamos para tomarnos un merecido vermutito a cuenta de la maravillosa neverita que llevamos en el coche.
Por el camino paramos para comer los víveres que habíamos comprado en un supermercado por la mañana, en uno de los muchos lugares de carretera acondicionados con su área de pícnic e incluso lavabos. No recuerdo ahora el lugar exacto pero lo que si puedo asegurar es que en Estados Unidos es fácil encontrar lugares apropiados para sacar el pícnic y reponer fuerzas, todo ello algo que se agradece. El país está lleno de autocaravanas, muchas de alquiler.748d271d1500d77e-photoDSC_1096
La mayoría de los días hicimos lo mismo, un buen desayuno, una comida ligera que ya llevábamos y a consumir en mitad del día y por la noche cenábamos en algún restaurante en que nos sirvieran sin tampoco excesivas pretensiones.
Nos quedan algo más de tres horas para llegar a nuestro destino. La carretera es buena, dos carriles en todo el tramo aunque con ciertos desniveles, un poco de música y algún que otro ronquido de los pasajeros que en su mayoría dormitan plácidamente.
Las Vegas está cerca , la carretera crece en carriles, es imposible eludir ya los indicios de la influencia que esa gran ciudad empieza a ir dejando en nuestro camino.
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El sol del atarder del desierto de Nevada regala una sutil pátina de dorada luminosidad a las fachadas y letreros de los edificios que van pasando por nuestra vista mientras atentos al GPS tratamos de buscar nuestro camino al alojamiento. Al fin llegamos a nuestro hotel, el Flamingo Las Vegas Hotel & Casino Uno de tantos hoteles, enorme, despersonalizado y con el correspondiente casino en su planta baja contiguo a recepción.DSC_1130
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Conseguimos habitación en la planta 23, magníficas vistas. Nos duchamos y ponemos guapos y nos disponemos a tomar nuestro primer contacto con esa peculiar ciudad.

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Son las 9 de la noche y la bofetada cálida en la cara al salir a calle es notable, el deambular de la gente es intenso. Nos encontramos en el corazón de Las Vegas: El Strip, donde están los hoteles más grandes de la ciudad y también del mundo. Enseguida nos percatamos de que muchos hoteles están conectados entre ellos por pasadizos climatizados y repletos de reclamos, tiendas, casinos, restaurantes. La primera impresión es impactante y más cuando nos encontramos delante del Hotel Bellagio y sus impresionantes fuentes que nos ofrecen un bonito espectáculo de agua, luz y música.
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Después de un corto paseo buscamos algún sitio para cenar. Probamos en el algunos de los buffets que por allí abundan pero están llenos y es ya un poco tarde. Finalmente hacemos cola en uno de esos burgers modernillos que tan de moda están ahora Gordon Ramsay BurGr Mientras esperamos nos deleitamos con las curiosas «fuentes de fuego» que exhiben en su ventanal acristalado. Por lo visto el dueño de todo ese flipamiento es el creador del famoso programa MasterChef, este hombre ha debido ganar mucho dinero y se permite el lujo de montar cualquier cosa que se le ocurra que le puede dar pasta. El restaurante estaba lleno, hicimos un ratito de cola, eso si, amenizada.
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Yo era uno de los que más recelaba de la comida en este viaje, ya me imagina el tener que sobrevivir todos los días a base de hamburguesas, perritos calientes y pizza. Por suerte también la cocina americana, si es que existe, también se ha renovado y ha añadido un toque distinguido de gourmet a algo tan ordinario como una hamburguesa, no son baratas precisamente pero ya que teníamos que comerlas agradecimos ese toque selecto y fino con esas vistosas guarniciones.

 

 

 

 

 

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Desayuno incluido en la habitación, menuda ironía. después casi de diez minutos atravesando pasillos y cogiendo ascensores, llegamos a recepción y preguntamos por el desayuno , nos indican hacia una barra en la que hacemos cola y nos sirven un café «regular» en un vaso de cartón y una pasta, nada más, si queremos algo más lo tenemos que pagar, y para más cachondeo, ni un triste rincón donde sentarnos. Realmente decepcionante. Esta ciudad fue donde nos salió más barato el alojamiento pero ya supimos a costa de qué.

En el exterior la temperatura es alta ya de buena mañana, protector solar, gorra y agua que no falte. Si de noche la ciudad es espectacular, de día no hay para menos. La silueta de los hoteles recrean en nuestra visión réplicas de conocidos edificios de Paris, la mismísima Torre Eiffel la tenemos allí mismo. Nos dirigimos hacia la zona del Mandarín oriental y el Aria, estamos justamente en medio del Strip.dsc_1233add3612ec7ab4e86-photo

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La mirada se nos pierde hacia esos altos dsc_1171edificios que se levantan a nuestro alrededor, entramos en uno de los más modernos, el Hotel Aria, algo que agradecemos ya que aprovechamos para refrescarnos un poco con el aire acondicionado mientras nos deleitamos con su contemporánea decoración. No salimos de allí sin reservar hora para el buffet, el comedor y el ambiente nos gusta y el precio tam8fffcd32c763bbd9-photobién, 29$, apostaremos por este lugar.. no nos iremos de Las Vegas sin probar alguno de sus recomendados buffets. Seguimos en dirección sur y nos vemos inmersos en el Excalibur Hotel & Casino. Este establecimiento recrea el medievo: castillos, almenas, torreones; un gran «Exin Castillos» todo ello muy colorido. Nuestra siguiente visita es el suntuoso a187e23115acc751-photoHotel Luxor, el Antiguo Egipto reproducico allí mismo, dsc_1203dsc_1194-copia Efigies, pirámides y todo tipo de motivos que recuerdan esa antigua civilización. Uno tiene la sensación de estar inmerso dentro de un gran plató cinematográfico. El New York-New York  tampoco se quedaba atrás, reproducciones del Empire State y del Edificio Chrysler casi a tamaño natural. En este hotel nos tomamos una terapéutica cervecita  y desde la terraza del bar observamos el gran casino que se aloja en la planta baja. Hay que decir que los casinos están concurridos desde primera hora de la mañana, las 24 horas están en marcha. Se dice que en Estados Unidos, sólo el negocio de las máquinas tragaperras genera más beneficios que el béisbol, el negocio del cine y los parques temáticos, junto todo ello, y eso teniendo en cuenta que hay muchos estados en el que el juego no está legalizado.

Después de este dato curioso y siendo ya hora de comer, nos dirigimos al Aria a satisfacer nuestro apetito.

 

 

 

 

 

Desde luego si hay algo de ese país que recordemos en especial gastronómicamente hablando es la comida en el buffet del Aria. El comedor era confortable; decoración contemporánea, luminosidad y diáfanos espacios junto a un extenso surtido en cocina internacional hicieron nuestras delicias. 29$ por persona, bebida alcohólica aparte muy bien empleados.

 

 

 

 

 

La comida ha sido copiosa y no es cuestión de darnos un tute caminando, en el exterior el calor sigue apretando. Como de costumbre seguimos aprovechando los maravillosos pasadizos climatizados para desplazarnos entre los hoteles, aunque de vez en cuando debemos salir fuera. Nos dirigimos a la zona del Hotel Venetian, una vez allí contemplamos una impresionante reproducción de diversos lugares y motivos de la ciudad de Venecia. Desde los tradicionales puentes y canales hasta la mismísima plaza San Marcos con su cielo artificial mostrando un bonito atardecer. Gondoleros y actuaciones en directo completan este increíble cuadro. En ese relajante y refrescado ambiente pasamos un buen rato haciendo tiempo para volver a nuestro hotel, merendar/cenar alguna cosa que compramos por el camino y disponernos a hacer la última visita en Las Vegas: Fremont Street.

 

 

 

 

 

Para ir a Fremont Street tomamos un autobús de la línea SDX Strip & Downtown Express que tenia una de sus paradas cerca de nuestro hotel, el Flamingo, cogimos el que traía escrito «Southbound», pagamos en el mismo autobús. En media hora más o menos estuvimos en Fremont.

La calle Fremont es la Calle más antigua de Las Vegas y la segunda más importante de la ciudad por detrás del Strip. Endsc_1298 esta calle encontramos el espectáculo Fremont Street Experience una apabullante combinación de luces, sonidos, conciertos y diversas actuaciones. Lo más atradsc_1299ctivo es la macropantalla con más de 12 millones de bombillas led y 220 altavoces y que a modo de gran marquesina cubre toda la calle ofreciendo periódicamente durante la noche vídeos y montajes audiovisuales, haciendo levantar las miradas y abriendo las bocas ante tal alarde de tecnología.

Esta es nuestra última noche en Las Vegas, volvemos al hotel, mañana saldremos pronto en dirección a Death Valley.
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La vuelta al hotel es obligada, hay que hacer las maletas y dormir la última noche en Las Vegas. Por cierto, como se puede comprobar, nuestro interés por el juego fue nulo, no tuvimos demasiado tiempo ni demasiada curiosidad. A los casinos, que los hay en multitud no les faltan clientes. Es curioso ver gente de avanzada edad pegados a las tragaperras esperando que les llegue aquel golpe de suerte que difícilmente tendrán. Había de todas las edades, desde luego, pero llamaba la atención ver abuelos y abuelas viciados con el juego.

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DIA 10  Death Valley y llegada a Mammoth Lakes

Abandonamos Las Vegas y repostamos en lo que podemos, el viaje será largo y no nos podemos aventurar  a tener que repostar en el medio del parque ya que apenas hay gasolineras y además son caras. Es pronto, nos hemos levantado a las 7, más o menos la «hora standard» en la que nos levantamos la mayoría de los días. Tomamos dirección hacia Death Valley, tenemos 211 kms. por delante.

Death Valley o el «Valle de la Muerte» es uno más de los parques nacionales y se trata de una gran cuenca ubicada al sureste del estado de California. Es parte del desierto de Mojave y también de Sonora, se trata de la parte más baja, caliente y seca de Norteamérica. Badwater es la zona más baja -86 metros bajo el nivel del mar- Es el lugar más caliente y seco del mundo con una temperatura récord de 58,1 grados en el año 2006. Hacia ese infierno nos dirigíamos, sólo los coyotes andaban por allí.

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La aridez del terreno se va haciendo perceptible, el desierto poco a poco se nos va manifestando a medida que vamos circulando, el calor va subiendo. La entrada al Parque nos cuesta 20$ que es lo que cobran por vehículo, el pago se efectúa en una máquina libremente, mejor no arriesgarse a ser multado por no pagar la debida tasa. 400-furnace-creek-area-map

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Nuestra primera visita será Dantes View, punto situado a 1669 metros de altitud y desde donde tendremos una excelente vista del conjunto del parque. Llevamos la carretera 190 y cogemos el desvío hacia Dantes View, será una carretera de 29 kms. que deberemos volver a tomar para seguir nuestro recorrido. Unas cuantas millas más y nos encontramos en Zabriskie Point, Allí aparcamos y subimos una pequeña cuesta para ver las vistas desde el mirador a las formaciones montañosas multicolor (destacando sobremanera el amarillo). Allí cerca, Twenty Mule Team Canyon que lo pasamos en coche y al final llegamos al área de Furnace Creek. En esta zona se encuentra el centro de visitantes, varios lugares de acampada, un restaurante, una tienda, el Museo de Borax y un surtidor de gasolina bastante caro, sin olvidarnos de una zona privada con campo de golf. En esta zona, todos los puntos de interés están en Badwater Road excepto Zabriskie Point, en State Line Road.

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Dantes View

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 Zabriskie Point

3a18831f794c87b5-photoEn esta foto intento forzar una sonrisita pero os puedo asegurar que me encontraba fatal, esos 47 grados centígrados descentraron mis biorritmos ¡y de qué manera!. No fuí persona hasta abandonar el parque.

Dejamos Furnace Creek y tomamos el desvío hacia Badwater, al poco de recorrerlo nos encontramos con el desvío a la carretera Artist Palette que la dejamos para la vuelta y continuamos hasta Devil’s Golf o mar de sal.

Aparcamos y nos recreamos -se recrean, yo apenas salgo del coche, vaya pájara- con la visita al mar de sal que se ofrece ante nuestra vista, tal cual parece nieve lo que vemos pero es sal que rezuma de la tierra de esos terrenos bajo el nivel del mar con una altísima salinidad. La temperatura sigue siendo extrema a pesar del viento que sopla y que quema la piel.dsc_1355p1160190Montamos en el coche y volvemos a la carretera que nos ha traído hasta aquí para volver a Furnace Creek y dar por acabada nuestra visita a los puntos de interés del parque, aunque aún nos quedará alguna experiencia digna de recordar de este magnífico viaje.

En el GPS ya teníamos marcado nuestro próximo destino, Mammoth Lakes, allí dormiríamos. Aún en el parque y cruzando un gran valle en el que al fondo ya vislumbrábamos la cadena montañosa que se nos avecinaba -Sierra Nevada- empezamos a ver lo que en un principio nos pareció un conjunto de nubes tormentosas. Pero no, en realidad a los pocos minutos nos vimos inmersos de una auténtica tormenta de arena, tal cual como si estuviéramos atravesando alguna carretera de Dubai en pleno vendaval arenoso. Impresiona estar allí dentro con ese grado de bajísima visibilidad y encogimiento del corazón por la sensación de poco control de la conducción. Conducir entre la espesa niebla también causa respeto pero las tormentas de arena son ‘nivel Pro’ ¡Bravo por nuestro conductor! que mantuvo el temple como un campeón.5bd0d2725f08729a-photo

Seguimos por la 190, la carretera es larga, recta y el desierto parece no acabarse nunca.Desde que hemos reemprendido la ruta hacia Mammoth Lakes tenemos 317 kms. Se acerca la hora de comer, ahora si, ya notamos el cambio de paisaje, atrás dejamos la extrema aridez, cierto verdor va tomando terreno, la temperatura se va moderando y Sierra Nevada a nuestra izquierda se muestra imponente con pinceladas blancas en su parte superior, las últimas nieves adornan esas montañas. Se hace extraño sentir aún en nuestros cuerpos ese calor exagerado y ver al mismo tiempo nieve, una sensación realmente paranóica. Ahora valoro la visita al Valle de La Muerte pero mientras estuve allí no hacía nada más que preguntarme qué narices veía allí la gente de interesante. el lugar es excepcional, desde luego, pero si se os ocurre ir, id preparados, combustible, agua, comida y paciencia para aguantar esas altas temperaturas. También es verdad que era paso obligado para nuestros próximos destinos: Mammoth Lakes y el Parque Nacional de Yosemite.

 

 

 

 

 

No dejamos la 190 y nos desviamos hacia la 136, la que seguimos hasta Lone Pine, población en la que se encuentra Eastern Sierra Interagency Visitor, un centro de información y visitantes. Allí te informan de lo que necesitas para moverte por ese área de Sierra Nevada, mapas, consejos y también hay una tienda con artículos relacionados. En este lugar hicimos la parada para comer, hallamos un área de picnic y también lavabos en condiciones. Acabado el consumo del bien merecido tentempié proseguimos nuestro camino hasta el Hotel Sierra Lodge al que llegamos sobre las 7 de la tarde, buena hora para descargar las maletas, asearnos y buscar un lugar para cenar.c67e6fb860ada0cb-photo (1).jpg

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Después de dar una pequeña vuelta por el pueblo, entramos en John’s Pizza Works una pizzería que justo teníamos casi enfrente del hotel. Unas pizzas y algunos sandwiches fueron nuestra cena, y como no, cervecita. Magnífico el ambiente, buena comida y muy amable el chico que nos atendió en español que salió expresamente de la cocina para tomarnos nota ya que cuando llegamos notaron que no hablábamos inglés con fluidez.2ad2645030071ee1-photo9e56f0ac93f35cfc-photo

Aprovecho para comentar que en general en todo el viaje no tuvimos muchos problemas con el idioma, la mayoría del grupo no hablaba inglés, sólo uno se atrevía a destrozarlo intentando balbucear cuatro frases. Prácticamente en todos los destinos encontramos alguien que hablaba español aunque es casi imprescindible tener algunas nociones, más que nada por aquellas situaciones de trámite -recepción en hoteles, aeropuertos, transportes- que pueden causarnos algún dolor de cabeza por mala comunicación. Intentar soltar cuatro frases, gesticular y echarle morro funciona bastante bien.

Vuelta al hotel y a descansar, mañana Tioga Pass y Yosemite, ya teníamos muchas ganas de estar al pie del Capitan.

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DIA 11  Mammoth Lakes, Tioga Pass, Yosemite, Oakhurst 

Después de un desayuno «en familia» en el salón, espacio habilitado por la mañana al tal efecto, recogemos maletas por enésima vez y nos dirigimos a un establecimiento próximo de bebidas para repostar hielo, agua, algunos refrescos y cervezas, por cierto, mágnífica la reserva de cervezas que allí tenía aquel individuo, todas ellas bien ordenadas y fresquitas en aquella cámara frigorífica con puertas de vidrio. Un tipo amable, le hizo gracia el que viniéramos de Barcelona. En aquel país, en lo que manifiestas que vienes de Barcelona reaccionan con grata sorpresa, los Juegos Olímpicos y el Barça han hecho una gran labor, y todo hay que decirlo, Barcelona es fantástica y eso lo saben hasta los nativos navajos americanos. «Roda el món i torna al Born»

 

 

 

 

 

Hoy recorreremos 393 kms. hasta llegar a Oakhurst, sede de nuestro próximo hotel. El día es claro y la temperatura fresca, como tiene que ser en esa zona montañosa que ya estábamos subiendo.d134699b09621c5c-photo

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Aquí tenemos aquella señal que tanto esperábamos, «Paso de Tioga abierto» Ciertamente nos había estado preocupando la posibilidad de que estuviera cerrado, no es habitual a estas alturas -primera quincena de junio- pero algunos años excepcionalmente así ha sido y eso nos hubiera obligado a tomar otra ruta alternativa obviando ese camino.

Nosotros ya íbamos bien informados y sabíamos que Tioga estaba abierto por esta web en la que también se informa de Mariposa Grove y Glacier Point. Tuvimos la mala suerte de informarnos que Mariposa Grove estaba cerrado por restauración, por tanto nuestro recorrido quedó de la siguiente manera:captura-de-pantalla-2016-09-16-a-les-23-12-09Hasta llegar a la entrada del parque haremos unas cuantas paradas, el paisaje va aumentado en atractivo, bosques de coníferas y nieve, en algunos rincones bastante. ya empezamos a ver algún lago, paramos en el primero, Ellery Lake. El clima es de alta montaña, hay que abrigarse un poco. Increible que a menos de 24 horas estábamos sufriendo un calor infernal y ahora estábamos pisando la nieve.dsc_1390

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Ellery Lake

La carretera está en buen estado y es lo suficientemente ancha, apenas encontramos tráfico.

 

 

 

 

 

Otra de las paradas interesantes es Tioga Lake, un bonito lago con una zona de acampada

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Tioga Lake

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Hacemos entrada en el parque, pagamos 30$ por el pase semanal por vehículo que es la tasa mínima que se puede pagar.

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Se van sucediendo los riachuelos y laderas parcialmente nevadas, amenizando así nuestro camino de entrada hasta llegar a otro punto de especial interés: Tuolumne Meadows, unas majestuosas praderas con centro de acampada también, un rincón de lo más relajante.

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Tuolumne Meadows

 

 

 

 

 

El siguiente punto de parada es Tenaya Lake, otro bonito lago para echar unas cuantas fotos más.

 

 

 

 

 

Nuestro siguiente destino y parada obligada para disfrutar de una hermosa panorámica es Olmsted Point que ofrece una vista hacia el sudoeste donde se puede divisar en la lejanía la parte norte de Half Dome y mirando hacia el este también se ve el lago Tenaya.

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Olmsted Point

Nuestro objetivo ahora es llegar a Yosemite Valley donde encontraremos El Capitan y las cascadas principales, también allí se concentran todos los servicios principales.

La carretera nos da la entrada al Valle y la perspectiva del mismo se va haciendo realmente espectacular, hay un punto del cual aqui se muestra alguna imagen en que la vemos gran parte del valle en todo su esplendor. No recuerdo exactamente el nombre de ese pequeño mirador, no había mucho espacio para estacionar  pero la tentación era mucha para dejar pasar el tomar esas magníficas fotos.

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Yosemite Valley

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Ahora la carretera es de sentido único, con dos carriles, eso si. Hay una de ida y otra de vuelta, la conducción es cómoda, todo está bien señalizado y la vía es excelente. Adentrados ya de lleno en el valle empezamos a ver la silueta de El Capitan, estacionamos y allí cerca se abre una zona de pradera arbolada en la cual podemos tomar unas bonitas fotos del rey por excelencia de los reclamos del parque.

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El Capitan

Seguimos y llegamos a la zona de las cascadas centrales, Upper y Lower Yosemite Falls. .No es complicado llegar. Aparcamos y allí ya en ese lugar empezamos a encontrar todo tipo de servicios. Caminamos unos 10 minutos y ya estamos al pie de las cascadas. En junio, cuando fuimos aún había bastante agua aunque fue un poco agobiante hacer fotos por la cantidad de gente que había.

Dentro del valle de Yosemite hay una serie de autobuses gratuitos que unen distintos puntos. 

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Por el camino vemos fluir el agua, su sonido nos acompañaba. Nuestra visita fue muy corta, más bien testimonial. Existen cantidad de caminos y rutas para hacer, Yosemite es un destino estrella para los amantes del senderismo.

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El parque está lleno de secuoyas, árboles de la especie de las coníferas que en este parque alcanzan hasta más de 100 metros de altura y los hay de más de 2000 años de antigüedad, aunque para ver los más longevos había que ir a Mariposa Grove que como he comentado estaba cerrado a causa de un proceso de restauración. Tendremos que esperar a poder verlos en Muir Woods, cuando lleguemos a San Francisco.

Se acerca la hora de comer, nos dirigimos al final del recorrido, al centro de visitantes y acabamos comiendo algún bocadillo. Nuestra visita está prácticamente acabada. Este parque no se lo acabaría uno ni en una semana, ya sabíamos que llevábamos el tiempo justo para ver lo imprescindible y corto tiempo.

El GPS ya lleva la dirección de nuestro hotel en Oakhurst. La ruta de vuelta nos regala con un paisaje de despedida antes de abandonar definitivamente Yosemite, sin duda, un lugar excepcional.

 

 

 

 

 

Llegada al Oakhurst Lodge motel al más puro estilo road-trip. Tiempo para dejar las maletas, ir a comprar alguna cosa para cenar a un súper cercano y reunirnos todos para comentar el recorrido y visita del día siguiente.

 

 

 

 

 

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DIA 12  Sausalito, San Francisco-1

Después de desayunar cargamos nuestra nevera de hielo, agua y refrescos y nos disponemos a recorrer los 312 kilómetros que nos quedan hasta San Francisco, serán ya los últimos de este viaje. Hacemos entrada por el Puente de la Bahía en el que pagamos peaje en efectivo. Esta construcción es la plataforma de acero más larga del mundo y cuenta con 5 carriles para el tráfico en cada sentido. Impresiona conducir tanto rato encima del mar, más de 7 kilómetros. aproximadamente hacia la mitad del puente notamos que subimos, nos aproximamos a la isla de Yerba Buena en la que está anclada la parte central del puente que volvemos a bajar al dejarla. Parece que sea una premonición de los pronunciados cambios de nivel que encontraremos en muchas de las calles de la ciudad. 

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Hoy tenemos previsto visitar por la mañana Muir Woods, un parque cercano a la ciudad en el que podremos encontrar secuoyas y después visitar Sausalito, famosa población por sus construcciones de madera adentradas en el mar a modo de palafitos.

Cuál fue nuestra frustración al llegar a las puertas de Muir Woods y no poder entrar, no sólo eso. Además tuvimos que pasar de largo desesperados al ver que los arcenes de la estrecha carretera estaban atestados de coches sin poder encontrar un solo rincón para aparcar. ¡Adiós a la posibilidad de ver los secuoyas gigantes! una pena. Además, el recorrido fue penoso, poco antes de llegar al parque, el GPS nos perdió por una urbanización de la cual pensábamos que no salíamos de tan estrechas y empinadas que eran las callejuelas para acabar, después de pasada la entrada del parque en una estrecha carretera envueltos de multitud de ciclistas domingueros que osadamente retaban a los coches que circulábamos. No había más solución, nos dirigimos a Sausalito sin más, la llegada en domingo a San Francisco no nos favoreció para nada.

Sausalito está a 6 kilómetros de San Francisco. Es una bonita población, sus casas flotantes le otorgan un atractivo inconfundible. En tiempos fue destino de artistas y bohemios que se instalaron en esas construcciones de madera en la Bahía.

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Acabada nuestra sesión fotográfica en esta curiosa locaclidad, montamos de nuevo en el coche y buscamos alguna área de picnic para comer, lo cual hacemos en los alrededores de una escuela. Com siempre, hemos tardado poco en encontrar un rincón adecuado para tomar nuestros refrigerios.

Son las tres de la tarde y nos disponemos a hacer entrada en San Francisco por la «puerta grande» el Golden Gate Bridge o también conocido por el «puente de la niebla» ya que son muchos los días en los que está tapado total o parcialmente por una capa de niebla. El clima de la ciudad, húmedo y frío propicia este fenómeno. No es casualidad  el color rojo de su pintura, básicamente se debe a que esa tonalidad lo hace más visible.

También es conocido como «puente de los suicidas» ya que las estadísticas dicen que cada 21 días se suicida alguien tirándose al mar desde ese puente.

 

 

 

 

 

Ya sé que estoy estropeando la imagen idílica e idealizada que puede tener mucha gente de ese icono global, pero las referencias y señales que encontramos en nuestra visita me  llamaron mucho la atención. En la zona central la baranda se convierte en un alto enrejado que evita la tentación de los que sienten poca estima por su vida. Además desde hace algún tiempo las autoridades han instalado teléfonos de emergencia -se ofrece un soporte psicológico- para aquellos que están considerando quitarse la vida. En el 2013 las autoridades de esta ciudad decidieron la colocación de una malla metálica a ambos lados del puente para evitar ese gran número de suicidios, debería estar instalada en el 2018.

 

 

 

 

 

Después de esta «crónica negra» que espero no estropee la descripción de nuestra gratificante visita al puente proseguimos con la parte más lúdica y hedonista de nuestro fantástico viaje.

Cuando se cruza el puente en coche no hay que detenerse para hacer el pago del peaje, éste se calcula electrónicamente según la modalidad de pago. Aquí os dejo una web donde explican cómo funciona el sistema. A nosotros nos vino el cargo a posteriori en la tarjeta de crédito que estaba asociada al pago del alquiler del coche, no tuvimos que hacer nada. De esta manera sale algo más caro pero no es mucha la diferencia y no tuvimos que molestarnos en hacer ningún trámite por internet.

Una vez pasado el puente, buscamos aparcamiento y nos disponemos a cruzarlo. Tenemos suerte, el día es claro, algo no muy habitual, aunque la brisa que corre es bastante fresca. El clima en San Francisco es más bien frío, tan solo que se lenvantara un poco de aire ya había que ponerse ropa de abrigo aunque estuviésemos a mitad del mes de junio.

Los 2700 metros de longitud nos llevan más de dos horas, lo atravesamos de ida y de vuelta y además nos entretuvimos bastante tomando fotos. Es una imagen majestuosa la de esa imponente silueta roja en contrastando con el azul celeste. El puente tiene tres carriles por cada sentido y uno auxiliar a cada lado, para peatones y para bicicletas.

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Son las seis de la tarde y el GPS nos guía a nuestro alojamiento. Llegamos sin muchos problemas, es un albergue o «hostel» que dicen ellos, el San Francisco City Center Hostel. El hostel está situado en una zona bastante céntrica, sólo hay 20 minutos hasta Union Square. Tenemos reservadas habitacones privadas con baño. Los hoteles en San Francisco son bastante caros, este establecimiento fue una buena opción, las habitaciones no eran muy grandes pero limpias y aceptablemente confortables.

 

 

 

 

 

Como ya sabíamos por los comentarios de TripAdvisor, por el lugar merodeaban indigentes, es habitual y así lo pudimos comprobar cuando llegamos. con lo que no contábamos fue con la bofetada olfativa que nos dió en lo que bajamos del coche. Sentimos un acentuado olor a orines que era extensivo a gran parte de la zona céntrica de la ciudad. En los días sucesivos nos pudimos percatar de la gran cantidad de indigentes que había por toda la urbe, 30.000, he leído por ahí que andan por aquellas calles y que desbordan los servicios sociales y centros de beneficiencia. En un primer momento nos impactó para luego habituarnos sin dejarnos de llamar la atención.DSC_1989.jpg

Nuestro hostel es el clásico edificio con su escalera de incendios en la fachada que tanto se ve también en muchos edificios de Nueva York. Nada más entrar nos llama la atención su decoración vintage y desenfadada y también los huéspedes, una o dos generaciones más jóvenes que nosotros. Aquí las normas de convivencia cambian ligeramente, los espacios comunes, el funcionamiento y gestión de los desayunos y comidas; un pequeño reto para nosotros que no dejó de tener su toque divertido y estimulante.

 

 

 

 

 

Tiempo para dejar las maletas, bajar a guardar el coche en un párking, asearnos y buscar sitio para cenar. El coche lo dejamos en un párking próximo una calle más arriba y pagamos 30$ por día ya que no lo tocamos para nada, ,nos movimos en transporte público, ahora nos preguntamos cómo nos hubiera salido el entregar el coche nada más llegar a la ciudad.

 

 

 

 

 

Son algo más de las ocho, aseados y perfumaditos, salimos en dirección a Union Square. Cantamos “como almejas” atravesando aquellas calles bien nutridas de indigentes haciéndose la cena en barbacoas improvisadas, satisfaciendo sus necesidades tanto fisiológicas como adictivas y que en su mayoría ignoran nuestra presencia a pesar de no poder disimular en nuestras caras signos de sorpresa y perplejidad.

Buscamos un diner recomendado, Lori’s Diner, allí disfrutamos de una típica cena americana estilo años 50, sandwiches, tortillas, patatas fritas, salsas de todo tipo, coca-cola y, aquí si, cervecita.

 

 

 

 

 

Un paseo por la zona de Union Square sirve para acabar de bajar la comida y ver algo del centro de la ciudad, famoso tranvía o cable-car incluido que tiene su final en ese lugar. Vuelta al hostel y mañana será otro día.

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DIA 13 San Francisco-2

Es domingo, ha salido un día soleado que aprovecharemos no sin antes desayunar como nos merecemos, no estuvo mal el desayuno en ese hostel.

Lo primero que hacemos nada mas salir es ir a buscar el Centro de Atención para Visitantes, allí compramos la Muni Pass, un bono de transportes que permite el uso ilimitado de los transportes de la red Muni (metro, autobuses y tranvías) y del Cable Car histórico. Aunque sólo serían dos días, salía a cuenta.

Nos dirigimos hacia la parte oeste, hacia Haight Hashbury. Para empezar visitamos las famosas construcciones victorianas The Painted Ladies situadas en Alamo Square.dsc_1675 No tuvimos mucha suerte ya que el parque desde donde se toman esas bonitas fotos con el fondo del skyline de la ciudad encima de las casas estaba cerrado, así que, cuatro fotos y nos dirigimos a Haight St. zona alternativa y con reminiscencias hippies de finales de los años 60 donde esta ciudad se convirtió en epicentro del movimiento. Paseamos por esta calle y encontramos comercios de artesanía y ropa, comida a pie de calle, establecimientos donde poder escuchar música, tomar alguna cosa y entretenernos con sólo observar y ver pasar la curiosa fauna que habita esa zona, el olor a barbacoa, incienso y pachuli está garantizado.

 

 

 

 

 

Acabamos la visita a esta pintoresca calle y cogemos un autobús que nos lleva a Castro, el barrio gay por excelencia de San francisco y se puede decir que del mundo. La bandera multicolor está omnipresente, aunque se puede decir que en muchas zonas de la ciudad también la vemos, San Francisco es una de las ciudades de referencia del colectivo. A destacar el cruce de la calle Castro con la 18, el paso de peatones está pintado con el arcoiris de colores.

Ese día algo especial se siente en el ambiente de ese barrio, es 12 de junio, a las 2 de la mañana en la ciudad de Orlando ha habido un atentado en una discoteca gay y han sido asesinadas 50 personas, el peor atentado en Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001, el país está conmocionado y especialmente la comunidad homosexual. Como podeis comprobar en la foto, en una esquina del cruce con la 18 se improvisó un memorial popular en recuerdo de los fallecidos. Periodistas de diversos medios hacían entrevistas en la calle.

 

 

 

 

 

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Acabamos la visita a Castro y vamos hacia la zona de Mission, un barrio coloreado y con aire latino, allí buscaremos algún sitio para comer. Por el camino nos entretenemos y hacemos fotos, el edificio de las mujeres, por ejemplo, finca con la fachada blanca y pintada con grandes murales étnicos a modo de gran graffiti.

Este barrio debe su nombre al edificio más antiguo de San Francisco, la Misión Dolores, una iglesia de estilo colonial español, visita que nosotros obviamos, había hambre y nos metimos de lleno en Valencia St. llena de locales donde poder sentarnos y alimentarnos. Lo hicimos en Brasserie Saint James, local con magnífica decoración rústica con toque contenporáneo y muy buen surtido y variedad de comida, especializados en cerveza artesana, fue una buena elección.

No hay muchas ganas de caminar y montamos en autobús con la intención de ir hacia el cruce de Powell St. con Market St. Allí tomaremos el Cable Car y nos daremos un paseíto por las famosas y empinadas calles de la ciudad. El trayecto dura un buen rato. El sopor inducido por nuestras digestiones no nos ayuda a orientarnos y coger la mejor opción de linea para llegar a nuestro destino, por lo tanto, hacemos un extra en tiempo y recorrido de turismo urbano que sirve para observar de primera mano el variopinto personal que va subiendo y bajando en las diferentes paradas, desde el abuelete negro marchoso que conecta su móvil a unos altavoces bluetooth y nos hace escuchar viejos hits del soul hasta aquella chica alternativa con rastas y más tautajes que tres presidiarios juntos y que acomoda sin miramiento en los asientos a sus dos perros esquivando las inquisidoras miradas del resto de los viajeros. De nada sirven los avisos del conductor por megafonía para moderar el volumen de la música.

 

 

 

 

 

Estamos ya en la parada del Cable Car, Powell con Market St., Hay cola, deberemos esperar un buen rato hasta que llegue nuestro turno, la capacidad de esos viejos tranvías es limitada y la cantidad de turistas grande, porque no nos engañemos, el Cable Car se ha convertido en un puro reclamo de turistas. Si tuviera que volver, cuestionaría el coger ese medio de transporte. Las esperas , tanto de ida como de vuelta fueron demasiado largas.

El trayecto nos llevó a Lombard St., famosa calle serpenteante rodeada de bonitas casas y florecidos parterres siguiendo el curvado circuito, todo ello atestado de turistas como nosotros intentando tomar alguna fotografía.

 

 

 

 

 

Se nos hizo muy largo el paseo en tranvía, poca cosa haríamos ya esa tarde, una cervecita, algunas compras y hacia el hostel a cenar y relajarnos.

Las cenas en le hostel tenían su encanto, los espacios eran compartidos y la sensación era la de estar en un lugar familiar, relajado y a nuestro aire. Eso sí, había que recoger y fregar los platos, ya digo, como en casa.

 

 

 

 

 

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DIA 14 San Francisco-3

Nuestro último día hábil en San Francisco, dedicaremos la mañana a visitar Alcatraz, la famosa y antigua prisión. Iremos al Pier 33 desde donde salen los ferries. Los tickets ya los habíamos reservado con anterioridad en Alcatraz Island Tickets, 41$ por persona, incluía el traslado en ferry y aDSC_1885.jpgudioguía. El nuestro salía a las 9:30, había que estar allí media hora antes.
Salimos puntuales, el día es gris pero no hay niebla, podremos contemplar la ciudad desde la isla, es una bonita perspectiva.

LLegamos a Alcatraz y nos dirigimos a la entrada dsc_1792y recogemos las audioguías, tenemos 45 minutos de audición para recorrer la prisión, con las pausas lo hicimos en más o menos hora y media. La audición nos documenta sobre la vida de los internos, los más famosos, fugas, motines, instalaciones y funcionamiento general. Al final del recorrido nos encontramos con la tienda de merchandising.dsc_1862dsc_1818dsc_1837

La prisión estuvo abierta del 1933 al 1963, cuesta creer que alguien se fugara de allí pero en el año 1962 lo lograron 3 internos a través de un túnel pacientemente excavado con cucharillas y se echaron al mar con una balsa. La versión oficial asegura que se ahogaron pero sus cadáveres nunca fueron encontrados. La película “La Fuga de Alcatraz” narra estos hechos.

La mañana se nos pasa rápida, estar allí dentro impresiona, diminutas celdas con nula intimidad, entorno hostil, todo es sórdido menos el enclave, maravillosa perspectiva de San Francisco.

img_9870 img_9872De vuelta en el muelle nos dirigimos a Fisherman´s Wharf, la zona vieja del puerto de San Francisco, allí iremos al Pier 39, en el que encontraremos unos cuantos leones marinos tomando el sol en unas plataformas de madera, son la atracción principal. También hay numerosos restaurantes y tiendas. Elegimos el Pier Market Restaurant, una buena comida con pescado y marisco como colofón de nuestro viaje.

 

 

 

 

 

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graciosillo, no?

La tarde la dedicamos a visitar el distrito financiero, paseamos entre sus altos edificos y luego nos dirigimos a Chinatown, el barrio chino más antiguo de img_9941América. Acabamos en Union Square, visitamos los famosos almacenes Macy’s, subimos a la terraza y tomamos algunas fotos de la plaza.

Tomamos unos refrescos y compramos la cena que dsc_1926consumiremos en el hostel dsc_1928dsc_1964al que volvemos.

Son los estertores de nuestro periplo americano.

 

 

 

 

 

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DIA 15 Vuelta a Barcelona

Nuestro avión sale a las 4 de la tarde, tenemos tiempo sobrado de desayunar, acabar de hacer las maletas y dirigirnos al aeropuerto para hacer entrega del vehículo y esperar nuestro vuelo. A San Francisco llegamos y de San Francisco nos vamos.

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CONCLUSIONES FINALES

No podemos más que decir que este ha sido un viaje especial, 15 días, 6 amigos, buena armonía y muchas risas. Una magnífica experiencia y recuerdos imborrables.

Si alguien está pensando en hacer un viaje similar, esperamos que este blog sirva de ayuda, a nosotros nos fueron muy útiles unos cuantos webs y blogs que consultamos y de los que recabamos información, sería largo incluirlos todos aquí.

Una vez allí, se podría decir que hay una serie de lugares imprescindibles, de obligada visita, pero el número de días determinarán las visitas que haremos. Aconsejaría no menos de 15 días. En nuestro caso, las visitas a Gran Cañón y Yosemite fueron muy cortas pero fuimos fieles a la consigna de nuestro viaje: visitar el mayor número de lugares en los días de que disponíamos, y lo logramos. El tour en helicóptero sobre el Gran Cañón es una opción muy a tener en cuenta, no es barata pero es magnífica si no se dispone de más de un día. Con la experiencia pasada creo que lo hubiera incluido en este viaje.

Hay una idea generalizada de que San Francisco es más interesante que Los Angeles. si bien eso es verdad, también tenemos que decir que la primera impresión al llegar a San Francisco bajó notablemente nuestra expectativa respecto a esa ciudad, ya he comentado que la ciudad se muestra sucia en muchas zonas y saturada de indigentes. Por contra, ya llevábamos una idea preconcebida de que Los Angeles no es precisamente una ciudad turística y sin embargo no nos decepcionó, es más, añadir un día alli hubiera sido interesante para visitar la zona de los estudios.

Los casi 4000 kilómetros que hicimos nos dan una media por día de 360 km, sin contar las jornadas que pasamos en Los Angeles, Las Vegas y San Francisco, cantidad nada excesiva teniendo en cuenta que éramos tres conductores. La conducción fue cómoda, buenas carreteras y señalización, el GPS fue nuestro mejor aliado, importante respetar los límites de velocidad. Encontrar los semáforos al otro lado del cruce, el giro permitido a la derecha con el semáforo en rojo y otros detalles son particularidades que se explican mejor aquí.

El español se oye por doquier aunque hay situaciones en las que uno se vería apurado por no dominar el inglés, se hace imprescindible un mínimo nivel de «supervivencia». Remarcable el carácter abierto del ciudadano americano, América puede gustar más o menos pero es indudable que su gente y el trato con ella es magnífico.

Acabaré con un apunte acerca de las propinas en los restaurantes. No se suele dejar si nos sirven en la barra. Si lo hacen en la mesa, la propina es obligatoria. En caso de que el servicio haya sido malo se da un mínimo de un 10% y si el servicio es correcto varía del 15 al 18%, en algunos casos hasta el 20%. Hay que tener en cuenta que parte del sueldo del personal de servicio está en las propinas, por mal que hayamos sido atendidos no podemos dejar de pagar un mínimo, so pena de vernos en un desagradable aprieto.

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